lunes, 29 de abril de 2013

LA FIDELIDAD A LOS PRINCIPIOS Y VALORES HUMANOS


La elección libre es una actitud personal ante un conjunto de circunstancias para decidir el camino que cada persona quiere elegir. La manera en como se traza es algo individual e independiente. Los principios y valores morales de los seres humanos se originan en la familia y por consiguiente influyen de manera directa en el desenvolvimiento de los miembros de la misma en la sociedad. Esto construye y edifica la actitud del mundo. La infidelidad o el engaño hacia sí mismo se traduce como malos cimientos en la personalidad, lo cual hace que no se cumpla cabalmente con los verdaderos principios, consiguiendo así la sociedad de esta manera, incluir a todas las personas en su camino sin rumbo, hacia un futuro indescifrable, el cual no tiene base, salida, ni llegada.
La fidelidad es la libre expresión de las aspiraciones, el deseo de tener fe en lo que se cree y en darse autovaloración como persona individual dentro de una colectividad.
La mayoría de las personas no son autónomas, siguen la vida de otra para sentir que encajan en la sociedad, la cual es cada día más exigente y materialista, importándole sólo las apariencias y no la verdadera lealtad a sus principios.
Las observaciones de la vida se basan principalmente en el cumplimiento de algo, en la responsabilidad, en la palabra y lealtad que pueda tener alguien, tanto con los demás como consigo mismo.
La fidelidad a los principios inherentes del ser humano, debe ser algo fundamental, que influya directamente, bien sea en las reacciones cotidianas de la vida, como en las grandes decisiones. La práctica de este valor también trata, de poseer criterio propio en todos los aspectos, y tener bases sustentables y firmeza en cuanto a opiniones, manera de expresarse y aplicación de las mismas para la construcción del camino de la vida; el cual se traza debidamente fomentando la relación con el ser interno, porque para estar en paz con los demás primero se debe estar en paz consigo mismo, traduciéndose todo esto como respeto y fe interior.
Los principios y valores son de vital importancia para el desarrollo de un ser humano integral, libre, consciente y espiritual. Tal y como dijo en su ensayo sobre fidelidad: Meyasa, Fernanda: “… Ser fiel es creer con el alma, y no fallar a esa creencia…”.
Esto quiere decir que la fe se pone a prueba de manera cotidiana y que para pasar la prueba se debe creer con el alma y con el corazón, no dejar que los pensamientos de otros se cuelen en los individuales, sino que por el contrario, los individuales permanezcan allí, haciendo saber al subconsciente que la fe en ellos nunca se irá.
No se depende de nadie para ser un ciudadano respetuoso y con valores. Si bien, la sociedad siempre influye en las personas para hacerlas cambiar de pensamiento, las que verdaderamente son fieles a lo que creen, sienten y piensan, no cambian de parecer con respecto a su visión del mundo, así como tampoco cambian la manera en como actúan ni en como deciden. El mundo está en constante evolución, y esto es lo que ocasiona un conflicto entre las personas que son fieles a sus principios y aquellas que cambian por innovación y no por decisión autónoma. La fidelidad se da por acción principal de la memoria voluntaria, es decir, que no se olvida lo inherente del ser mismo, sino que se recuerda, se aplica y no se deja de lado.
Para ser fiel se debe tener una gran voluntad de espíritu, porque ser fiel es prometer algo, sin importar las circunstancias en que se tenga que cumplir. En este caso mantener los ideales firmes y los valores allí, sin tomar en cuenta las situaciones y presiones que se puedan presentar, porque el futuro es incierto.
Según la Real Academia Española, la fidelidad es sinónimo de lealtad y fe; puntualidad y exactitud en la ejecución de algo. Por tanto, se puede decir que es una virtud en todo tipo de relaciones; consigo mismo, con otro, con la comunidad. Es ser feliz siendo transparente y honesto en cuanto a las acciones que se tomen y en la forma de pensar. Este valor lleva al ser humano a cumplir y a no defraudar, independientemente desde el punto de vista que se vea, es decir, relativamente.
Cuando se es fiel, principalmente se promete algo. Pero para cumplir de manera real, se deben complementar estas palabras con hechos, los cuales llevan a deducir la realidad de las personas y la verdadera esencia de su personalidad.
La creencia en algo hace a una persona fiel. Ésta se practica con amor, cariño, tolerancia y valentía; porque sólo aquel que es valiente puede ser fiel y llegar a ser ejemplo de vida, manifestando el respeto que tiene por sí mismo y por su creación.
En la sociedad actual, la lealtad es cuestión de tiempos pasados, y nada moderno. Ya casi nadie la practica, y tampoco les interesa hacerlo. Se piensa que no es necesaria porque la fe en los verdaderos principios ya no se usa. Creen que los valores son para los religiosos y no para las personas comunes.
La fidelidad en todos los aspectos es una misión que todas las personas deberían cumplir y aprender para ser felices unos con otros, sin engaños, mentiras ni falta de confianza. El amor se basa en el respeto, el respeto se basa en la confianza, y la confianza, a su vez, lleva a la lealtad, la cual es sinónimo de ser fiel.
Para ser realistas, las relaciones humanas son complejas, la pérdida de valores a lo largo de los años ha causado estragos en las familias de todo el mundo. Si no se toma conciencia, esto se traduciría en la atadura de manos y corazón de la gente, la cual está perdiendo la sensibilidad y vulnerabilidad con su prójimo. La frivolidad se está apoderando rápida y considerablemente de la humanidad y los principios que se supone deben estar allí, se han marchado junto con la transparencia y la verdad, porque estos tiempos son difíciles y la misma es escasa. Actualmente para la mayoría de personas, la fidelidad es cosa del pasado y no ganarían nada con practicarla; pero si se tiene conciencia y memoria, se tendrá presente que los fieles siempre obtienen su recompensa: la paz interna; pero los que faltan a este principio, obtienen la desidia de pensamiento, soledad e intranquilidad, lo cual hace que no puedan llevar una vida tranquila, ni tener en paz la conciencia, la cual día a día está allí, inherente dentro de ellos mismos.
El precio de ser fiel a los principios
Carrie era la gran favorita para ganar la corona en el concurso Señorita Estados Unidos 2009. Pero cuando todo parecía apuntar en esa dirección, la pregunta de Pérez Hilton, uno de los jueces, cambió por completo la situación.
—Hace poco —dijo Pérez Hilton— Vermont se constituyó en el cuarto estado en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo. ¿Crees tú que cada estado debería hacer lo mismo?
Pregunta cargada de dinamita. Carrie sabe que su respuesta le puede costar la corona. ¿Dirá al juez lo que él quiere escuchar, o será fiel a sus convicciones?
—Yo creo que el matrimonio debe ser entre un hombre y una mujer —respondió Carrie—. No es mi deseo ofender a nadie, pero así fui criada y así creo que debe ser: entre un hombre y una mujer.
Apenas Carrie concluyó, se escucharon los abucheos. El concurso siguió adelante, pero Carrie Prejean, representante de California, sabía que para ella el evento había terminado. El mismo juez que le hizo la pregunta comentó después de finalizada la competencia: «Perdió por esa pregunta. Su respuesta ofendió a millones de homosexuales y lesbianas en los Estados Unidos» (www.abcnews.go.com; 20 de abril de 2009).
Ahora bien, ¿no podría haber dado Carrie una respuesta que no la comprometiera? Por ejemplo: «Éste es un tema muy delicado. Creo que cada individuo tiene que decidir qué es lo mejor. A fin de cuentas, lo más importante es el amor».
¿Podría haberlo hecho? Permitamos que ella misma responda: «Mi respuesta me costó la corona [...]. Pero dije lo que pienso. Expresé la opinión que le hace honor a lo que soy y eso es todo lo que puedo hacer. [...]. Aprendí desde pequeña a no negociar jamás mis convicciones ni mis opiniones, por nada del mundo».
Es decir, no podía dar la respuesta complaciente, porque al hacerlo habría negado la esencia de su individualidad: sus convicciones. Y para Carrie esas convicciones no son negociables.
¡Qué bueno es saber que todavía hay jóvenes de este calibre! Cuando lo que está de por medio tiene que ver con los principios, no hay nada en este mundo que los aparte de la senda del deber.
¿Eres tú también capaz de renunciar a la fama, al dinero y al poder para ser fiel a tus principios?
Fuentes:
LA FIDELIDAD(ensayo). Autora: Cuéllar Pabón, María Geregny
El precio de ser fiel a los principios. Autor: John Carlos Sotil Lujan 2012

lunes, 22 de abril de 2013

EL VALOR DE LA CONFIANZA


¿QUÉ ES LA CONFIANZA?
El término confianza se refiere a la opinión favorable en la que una persona o grupo es capaz de actuar de forma correcta en una determinada situación. La confianza es la seguridad que alguien tiene en otra persona o en algo. Es una cualidad propia de los seres vivos, especialmente los seres humanos, ya que aunque los animales la posean, estos lo hacen de forma instintiva, al contrario que los humanos, que confían conscientemente. Al ser algo que se hace consciente y voluntariamente, supone trabajo y esfuerzo conseguirla. 
A pesar de que sea costoso llegar a ella, se caracteriza por ser una emoción positiva.
Según Laurence Cornu, doctora en filosofía: “la confianza es una hipótesis sobre la conducta futura del otro. Es una actitud que concierne el futuro, en la medida en que este futuro depende de la acción de otro. Es una especie de apuesta que consiste en no inquietarse del no-control del otro y del tiempo”.
De acuerdo con las teorías que abordan este tema, se trata de una suspensión temporal de la situación básica de incertidumbre sobre las acciones de las personas, es decir, se dejan de lado las dudas y se cree firmemente. La pérdida de confianza se debe a un agotamiento emocional, causado por la mala intención de la persona, que fomenta la incapacidad de cumplir con lo prometido de forma continuada en el tiempo. La confianza, por tanto, simplifica las relaciones personales y ayuda a entenderlas.
Para la psicología social y la sociología, el término confianza consiste en la idea que se forja una persona sobre las conductas que realizan los de su alrededor. Es el pensamiento con el cual una persona cree que será capaz de actuar de una cierta manera frente a una determinada situación.
Como veremos en el segundo punto, la confianza puede clasificarse en términos individuales (la confianza en uno mismo) y también, en términos sociológicos (la confianza que los demás tienen de nosotros y viceversa). La confianza en un individuo hace que esa persona llegue más fácilmente a sus propósitos, siempre dependiendo de sus experiencias, de su personalidad y del ambiente que le rodea. Por otro lado, la confianza mutua con los compañeros ayuda a generar una convivencia adecuada para el entorno de cada persona.
TIPOS DE CONFIANZA
La confianza es la base sobre la que construimos la amistad, las interrelaciones, el respeto, la responsabilidad social y el amor. La confianza nos permite creer en una o varias personas, pero también nos permite hacerlo en nosotros mismos. Por ello, se puede decir que existen diferentes tipos de confianza, ya que la que depositamos en las instituciones, no es la misma que la que desarrollamos en las relaciones interpersonales, como tampoco es igual a la confianza que tenemos con los objetos o materiales que nos rodean.
1. Confianza con los demás:
Para sobrevivir, el ser humano ha tenido que aprender a confiar en el otro. Consideramos amigos a aquellos en los que nos podemos fiar. Si se trata de una relación amorosa, el acuerdo sentimental implica la mutua entrega. Las relaciones comerciales se basan en una confianza no defraudada. La población, en general, confía en las Instituciones y en la Justicia. Todos estos son ejemplos de confianza que no se basan en la que se pueda tener de uno mismo.

La sinceridad es un factor importante a la hora de confiar en otras personas. Cuando juzgamos que la otra persona dice la verdad y está siendo sincero con nosotros, confiamos en él. Pero, cuando sentimos o sabemos que el otro no está siendo sincero con uno mismo, le retiramos nuestra confianza inmediatamente.
La credibilidad es otro componente de la confianza: los antecedentes que se conocen de la otra persona y las experiencias que has tenido con ella en el pasado pueden hacer que llegues a confiar o dudar de su sinceridad. Por ejemplo, si una persona fue sincera contigo en el pasado, inmediatamente vas a juzgar que esa persona será sincera contigo en el futuro, porque confías y crees en ella. Es decir, cuando iniciamos una relación interpersonal, no partimos de cero, ya que el pasado nos influye.
La confianza también implica reciprocidad. Depositamos nuestra confianza en el otro cuando vemos que no nos defrauda, y al mismo tiempo, porque nosotros nos sentimos también objeto de confianza.
Para generar la confianza en los demás, es importante ser honesto y actuar de forma correcta, a la vez que hay que agradecer al que cumple sus promesas y reclamar ante aquel que no las cumple. Para mantener la confianza debemos comprometernos y cumplir nosotros también con las promesas, pedir disculpas cuando no las cumplimos y sobre todo, aprender a perdonar los errores. Por último, cuando vemos que la confianza con la otra persona se ha roto, es importante crear nuevas oportunidades donde se pueda volver a generar esa confianza que se tenía.
2. Autoconfianza:
La autoconfianza, o la confianza en uno mismo, es una característica que muchos pueden tener. Con esfuerzo y tiempo cualquier persona puede llegar a construir su autoconfianza. Para desarrollar esa autoconfianza es imprescindible creer en uno mismo y, para ello, la auto aceptación es fundamental.
Además de estos elementos, para lograr tener una buena autoconfianza es importante conocernos y comprender nuestros pensamientos y emociones (lo que denominaríamos como autoconocimiento), ser persistente y disciplinar (para asegurar los objetivos y metas que se quieren lograr), tener una perspectiva clara de la vida (saber exactamente lo que quieres ser o lo que quieres conseguir), y tener un autocontrol.
La autoconfianza trae múltiples ventajas para nuestras vidas, ya que si logramos tener un gran nivel de confianza en nosotros mismos podemos conseguir el éxito más fácilmente. Por el contrario, si tenemos falta de confianza e inseguridad, no estamos satisfechos con nosotros mismos, lo que genera situaciones negativas tanto para nosotros, como para los que nos rodean. A nivel personal, si no tenemos autoconfianza nos sentimos insatisfechos con nosotros mismos, tristes e incluso depresivos porque no nos valoramos. A nivel social, nos genera dificultades para relacionarnos con el entorno en el que nos desenvolvemos, lo que causaría que nos retrajéramos hacia nosotros mismos. A nivel laboral, nos puede crear dificultades para conseguir, mantener o progresar dentro de un trabajo. Por último, a nivel de pareja, nos puede causar sentimientos negativos.
Pero, además de la confianza con los demás y la autoconfianza, existen también otros tipos de confianza. Hay tres tipos que todos deberíamos desarrollar: la confianza conductual, que es la propia capacidad que tenemos para actuar, tomar las decisiones correctas y superar los obstáculos; la confianza emocional, es decir, saber lo que sentimos en cada momento para protegernos del dolor y tener la capacidad de conectar con otros seres humanos emocionalmente; y, la confianza espiritual, la fe que tenemos sobre la vida que nos rodea. Sin esta última confianza es difícil desarrollar los otros dos tipos de confianza.
También podemos distinguir otros dos tipos de confianza: la confianza simple y la confianza alimentada. La primera es una confianza primaria, con la que todos nacemos. La realizamos de manera automática, es una confianza total y completa, pero cuando se rompe (siempre en algún momento de la infancia), se rompe para siempre, ya que aparece algo que no estaba hasta ese momento: la desconfianza. La segunda, en cambio, es un tipo de confianza que se construye de manera consciente y reflexiva. La confianza alimentada también se puede romper, pero nos da la oportunidad de ser reconstruida.
GRADOS DE CONFIANZA
Ya hemos explicado anteriormente en qué se basa la confianza y los diferentes tipos  que se pueden encontrar tanto en una persona como en los demás. Es ahora el momento de explicar los grados de confianza que existen.
1. Exceso de confianza:  
El hecho de tener confianza es algo positivo en las personas ya que se muestra que crees en ti mismo y en los demás, y eso te ayuda a ser feliz. Sin embargo, se puede producir una situación de exceso de confianza que produzca efectos negativos.
Son varias las características que se pueden encontrar en una persona que posee exceso de confianza. Por un lado esas personas tienden a valorar sus capacidades superiores a las de los demás. Creen que las acciones que ellos llevan a cabo van a tener mejores resultados que las del resto, que hacen las cosas mejor que la media, con la seguridad de que nadie les va a reclamar ni exigir nada.
Se considera que las personas con exceso de confianza la han ido adquiriendo a lo largo del tiempo, al experimentar éxitos en nuevas actividades que han ido realizando.  Es entonces cuando la autoestima y el amor propio de las personas aumenta, al igual que lo hace la confianza. Cuando esas personas además disponen de información sobre los temas que van a tratar y tienen un mayor grado de control, les lleva también a tener un mayor nivel de exceso de confianza.
Estos factores que hemos comentado hacen que crezca el orgullo de las personas, lo que conlleva a actuar con exceso de confianza. Como hemos dicho, el hecho de llevar a cabo tus acciones con exceso de confianza no es algo positivo ya que puede llevar a alterar la información que recibimos a nuestro alrededor, para adaptarlo a nuestra manera de observar el mundo. Es decir, alteramos la información de tal manera que creemos que todo lo que hacemos es lo correcto y que nadie nos puede llevar la contraria ya que esa persona será la que no tiene la razón.
Es por ello por lo que el exceso de confianza puede llegar a ser un problema, pudiendo acarrear imprudencias a la hora de manejar la información del exterior. Además se puede pecar de arrogancia derivada de la ignorancia que se posee de uno mismo. Y es que, en general, las personas que actúan con exceso de confianza lo hacen debido a un sentimiento de inferioridad o inseguridad y es por lo que se aíslan en una actividad que controlan.
En definitiva, no debemos actuar en ninguna ocasión con exceso de confianza, ya que puede hacer que las acciones que creemos que son las correctas, no lo sean para otras personas y que su respuesta hacia nosotros, no sea la esperada, por lo que el impacto sería mayor. Debemos tratar de tener un equilibrio a la hora de actuar, ser prudentes y comportarnos con naturalidad para llevar a cabo nuestras acciones de la manera más correcta.
2. Desconfianza: 
Al igual que no debemos actuar con exceso de confianza, tampoco debemos hacerlo con desconfianza. Cuando una persona es de carácter desconfiado tiende a pensar mal de los demás, generalmente sin ninguna razón aparente, sino por percepciones e ideas que uno mismo se hace y  le hace tener un cúmulo de ideas negativas sobre las acciones que llevan a cabo el resto de personas.
Una persona desconfiada puede malinterpretar una mirada o un gesto de otra persona, lo que le lleva a poseer un sufrimiento constante. Esto es debido a que esas personas están continuamente creyendo que se les va a hacer daño y que se les quiere engañar.

Son varias las características propias que poseen las personas desconfiadas. Por un lado, este tipo de personas son reacias a confiar o intimar con los demás, por lo que generalmente tienen problemas al relacionarse socialmente con el resto. Esto es debido a que creen que la información que puedan compartir con el resto pueda ser utilizada en su contra. Por otro lado, estas personas malinterpretan cualquier elemento positivo que les pueda aparecer y se lo toman como una crítica, lo que les hace poseer mucho rencor dentro de ellas.
Hemos podido observar que el hecho de ser desconfiado es igual de negativo que el de tener exceso de confianza. Y es que el ser desconfiado no tiene sólo consecuencias negativas para ellos mismos, sino también para su entorno ya que son personas muy difíciles de llevar.
3. Pérdida de confianza:    
Al igual que del amor al odio hay un paso, de la desconfianza a la pérdida total de la confianza hay otro. Y es que siempre se ha dicho que la confianza es difícil de obtener, fácil de perder y casi imposible de recuperar. Cuando una persona es muy desconfiada con los demás, deriva a que sea desconfiada con ella misma y que finalmente acabe perdiendo la confianza total.
Esa pérdida de confianza es ocasionada por la necesidad que tienen algunas personas de compararse con el resto sin entender que cada persona es única y diferente. Cuando se pierde la confianza, se pierde la calma y es muy difícil encontrar la paz.
CONCLUSIONES
Tras elaborar este informe, son varias las conclusiones que de la confianza hemos podido obtener. Para comenzar, la primera conclusión que hemos obtenido al elaborar este trabajo es que la confianza es una emoción positiva. Está muy ligada a la felicidad, ya que se puede observar que las características de las dimensiones de ambas son parecidas, es decir, producen efectos similares en nuestro cuerpo.
La confianza es la base en la que construimos nuestras relaciones, ya que si no confiamos en la otra persona, no podemos establecer una amistad. Si logramos ser sinceros y creíbles para los demás, ellos serán igual con nosotros (reciprocidad) y conseguiremos una mayor confianza. Además, aparte de la confianza con los demás, hemos visto que es importante generar la autoconfianza, para sentirnos mejor con nosotros mismos. Aunque cueste esfuerzo conseguirla, creemos que los beneficios que aporta son mayores y que merece la pena conseguir creer en uno mismo.
Respecto a los diferentes grados que conforman la confianza, debemos tener en cuenta que no sería correcto poseer ningún extremo de los grados anteriormente explicados. Ni el exceso de confianza ni la desconfianza son aspectos positivos para nuestro día a día. Debemos tener confianza, pero nunca debemos engañarnos ni mentirnos los unos a los otros, sino que debemos ser lo más auténticos posible para poder confiar y dar confianza al resto de personas.
Por último, hemos observado que la confianza, tanto en nosotros mismos como en los demás, es fundamental para tener una buena comunicación a nivel interpersonal y organizacional. Necesitamos sentirnos seguros en lo que pensamos, sentimos y hacemos para poder tener poder de convencimiento y exponer con seguridad nuestras ideas con los miembros de una organización. Además, es necesario confiar en las personas más cercanas a nosotros, abrirnos y hablarles sobre nuestras emociones y sentimientos, pues nos sentiremos más confiados con nosotros mismos, nos sentiremos valorados y obtendremos un conocimiento más profundo de nosotros mismos. El confiar en nosotros mismos es necesario para poder comunicarnos con los que nos rodean independientemente del entorno.
AFORISMOS
La confianza en sí misma es el primer peldaño para ascender por la escalera del éxito. Emerson
La confianza ha de darnos la paz. No basta la buena fe, es preciso mostrarla, porque los hombres siempre ven y pocas veces piensan. Simón Bolívar
La confianza sirve en las conversaciones más que el ingenio. Larrochefoucauld
El que tiene fe en sí mismo no necesita que los demás crean en él. Miguel de Unamuno
Existe al menos un rincón del universo que con toda seguridad puedes mejorar, y eres tú mismo. Aldous Huxley
El secreto de mi éxito puede se resumido en cuatro Ces: Curiosidad, Confianza, Coraje y Constancia… y las más importante de todas es la confianza.

FUENTE: http://confias.wordpress.com


lunes, 15 de abril de 2013

La diferencia entre lo ordinario y lo extraordinario… es ese pequeño EXTRA


Exigir lo mejor siempre es una tarea bastante sencilla, brindar lo mejor es otra cosa, requiere un compromiso permanente con uno mismo, lo cierto es que debemos ser coherentes en la forma de actuar, si deseamos una vida llena de múltiples satisfacciones es necesario comenzar a trabajar con mucha disciplina.

Pensemos un momento y analicemos las condiciones de las personas y empresas de primer nivel, notarás que quienes hacen estas acciones eficientes siempre se destacan por encima del promedio, tienen elementos adicionales que los vuelven más competitivos, cuando usted esté trabajando en cualquier proyecto es necesario dar más allá de lo convencional, exigirse hasta el límite, de esa forma entonces está asegurando buenos resultados.

Existe una gran verdad respecto a mantener una buena disciplina, y es que realizar un esfuerzo con excelencia jamás será estéril, los frutos siempre aparecen y lo hacen en gran medida, así que hoy es el momento de comenzar a actuar de manera distinta, es el momento de lograr materializar todos sus sueños.

Las oportunidades se están gestando a cada instante, hay grupos que están construyendo un futuro espectacular y extraordinario, en nuestras manos está la posibilidad de transformar nuestra vida y brindar ese pequeño extra, no hay que desperdiciar el tiempo, podemos si queremos comenzar a cambiar hábitos, creencias e ideas que limitan considerablemente nuestra vida.
Los hábitos de excelencia siempre dan buenos resultados y el mundo está lleno de oportunidades para quienes saben buscar.

Cuando hablamos con la gente nos encontramos con que la mayoría tienen grandes sueños, pero si no se está trabajando arduamente en conseguirlos todo se vuelve pura fantasía, mucha gente manifiesta su deseo de tener empresas, dirigir juntas de inversionistas, pero paradójicamente siguen con hábitos negativos, son impuntuales, no se esmeran por la calidad, entregan tarde, etcétera. Ante esta situación nos encontramos con algo incoherente, usted no puede pretender levantar 100 kilos en el gimnasio si no puede levantar ni siquiera 30 kilos.

La preparación interior es similar al entrenamiento físico, si somos constantes poco a poco vamos adquiriendo mayores capacidades, para lograr triunfar en cualquier área se tiene que trabajar en forma ordenada, creciente y constante, esto nos dará la preparación adecuada para alcanzar las metas que deseamos.

La preparación continua es capaz de modificar nuestras creencias, derrotar todos nuestros temores y lo más importante es aumentar los niveles de energía, cuando se trabaja de forma ordenada y conociendo las técnicas efectivas para el logro de objetivos entonces poco a poco está subiendo escalones. La mente es adaptable, pero lo hace paulatinamente en base a buenos hábitos y a volver cotidianas ciertas situaciones. Si usted desea visitar cualquier ciudad del mundo siempre habrá una forma de llegar sin importar el lugar en donde nos encontremos, con nuestras metas sucede exactamente lo mismo, existe una ruta, un camino, sin importar que tan buenas o malas condiciones tengamos, lo más importante es el deseo, la determinación y los planes organizados, buscar con fe el objetivo que nos hemos trazado, nadie se opone, sólo debe derrotarse a usted mismo y entonces notará cómo literalmente el mundo llega a sus manos.

Fuente: First Consulting Group
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