miércoles, 29 de junio de 2011

Técnica del Ho’oponopono


El  Ho’oponopono es una maravillosa técnica milenaria proveniente de los pueblos originarios Hawaiianos. A continuación les comparto el texto de el Dr. Joe Vitale quien fue el responsable, de alguna manera, de acercarnos a la historia y filosofía de esta técnica del perdón o de auto curación.
Cariños,
Ama






El Terapeuta más inusual del Mundo
por Joe Vitale

Hace dos años, escuché hablar de un terapeuta en Hawaii quien curó un pabellón completo de pacientes criminales insanos sin siquiera ver a ninguno de ellos.
El psicólogo estudiaba la ficha del recluso y luego miraba dentro de sí mismo para ver cómo él había creado la enfermedad de esa persona.
En la medida en que él mejoraba, el paciente se mejoraba.
La primera vez que escuché hablar de esta historia, pensé que era una leyenda urbana.
¿Cómo podía cualquiera curar a otro con sólo curarse a sí mismo?
¿Cómo podía, aunque fuera el maestro de mayor poder de auto curación, curar a alguien criminalmente insano?
No tenía ningún sentido, no era lógico, de modo que descarté esta historia.
Sin embargo, la escuché nuevamente un año después. Escuché que el terapeuta había usado un proceso de sanación Hawaiano llamado "Ho’Oponopono".
Nunca había oído hablar de ello. Sin embargo, no podía sacarlo de mi mente.
Si la historia era totalmente cierta, yo tenía que saber más.
Siempre había entendido que "total responsabilidad" significaba que yo soy responsable de lo que pienso y hago. Lo que esté más allá, está fuera de mis manos.
Pienso que la mayor parte de la gente piensa igual sobre la responsabilidad.
Somos responsables de lo que hacemos, no de lo que los otros hacen, pero eso está equivocado.
El terapeuta hawaiano que sanó a esas personas mentalmente enfermas me enseñaría una nueva perspectiva avanzada sobre lo que es la total responsabilidad.
Su nombre es Dr. Ihaleakala Hew Len.
Probablemente hayamos pasado una hora hablando en nuestra primer conversación telefónica.
Le pedí que me contara la historia total de su trabajo como terapeuta.
Él explicó que había trabajado en el Hospital Estatal de Hawai durante cuatro años.
El pabellón donde encerraban a los locos criminales era peligroso.
Por regla general los psicólogos renunciaban al mes de trabajar allí. La mayor parte de los miembros del personal de allí, caían enfermos o simplemente renunciaban.
La gente que atravesaba ese pabellón simplemente caminaba con sus espaldas contra la pared, temerosos de ser atacados por sus pacientes.
No era un lugar placentero para vivir, ni para trabajar ni para visitar.
El Dr. Len me dijo que el nunca vio a los pacientes. Firmó un acuerdo de tener una oficina y revisar sus legajos. Mientras miraba esos legajos, él trabajaría sobre sí mismo. Mientras él trabajaba sobre sí mismo, los pacientes comenzaban a curarse.
"Luego de unos pocos meses, a los pacientes que debían estar encadenados se les permitía caminar libremente" me dijo. "Otros que tenían que estar fuertemente medicados, comenzaban a mermar su medicación. Y aquellos que no tenían jamás ninguna posibilidad de ser liberados, fueron dados de alta".
Yo estaba asombrado.
"No solamente eso" continuó, "sino que el personal comenzó a gozar yendo a trabajar." "El ausentismo y los cambios de personal desaparecieron. Terminamos con más personal del que necesitábamos porque los pacientes eran liberados y todo el personal venía a trabajar. Hoy ese pabellón está cerrado."
Aquí es donde yo tuve que hacer la pregunta del millón de dólares:
"¿Qué estuvo haciendo usted con usted mismo que ocasionó que esas personas cambiaran?"
"Yo simplemente estaba sanando la parte de mi que los había creado a ellos", dijo él.
Yo no entendí. El Dr. Len explico que entendía que la total responsabilidad de tu vida implica a todo lo que está en tu vida, simplemente porque está en tu vida, y por ello es tu responsabilidad. En un sentido literal, todo el mundo es tu creación.
¡Guau! Esto es duro de tragar. Ser responsable por lo que yo hago o digo es una cosa. Ser responsable por lo que cualquiera que esté en mi vida hace o dice es otra muy distinta.
Sin embargo, la verdad es ésta: si asumes completa responsabilidad por tu vida, entonces, todo lo que ves, escuchas, saboreas, tocas o experimentas de cualquier forma es tu responsabilidad porque está en tu vida.
Esto significa que la actividad terrorista, el presidente, la economía o cualquier cosa que experimentas y no te gusta, esta allí para que tu la sanes.
Ello no existe, por decirlo así, excepto como proyecciones que salen de tu interior.
El problema no está con ellos, está en ti, y para cambiarlo, debes cambiar tú.
Sé que esto es difícil de captar, mucho menos de aceptar o de vivirlo realmente.
Achacar a otro la culpa es mucho más fácil que asumir la total responsabilidad, pero mientras hablaba con el Dr. Len, comencé a comprender esa sanación de él y que el ho'oponopono significa amarte a ti mismo.
Si deseas mejorar tu vida, debes sanar tu vida. Si deseas curar a cualquiera, aun a un criminal mentalmente enfermo, lo haces curándote tú mismo.
Le pregunté al Dr. Len cómo se curaba a sí mismo. Qué era lo que él hacía exactamente cuando miraba los legajos de esos pacientes.
"Yo simplemente permanecía diciendo 'Lo siento' y 'Te amo', una y otra vez" explico él.
"¿Sólo eso?"
"Sólo eso".
"Resulta que amarte a ti mismo es la mejor forma de mejorarte a ti mismo, y mientras tú te mejoras a ti mismo, mejoras tu mundo".
Permíteme darte un rápido ejemplo de cómo funciona esto: un día, alguien me envía un e-mail que me desequilibra.
En el pasado lo hubiera manejado trabajando sobre mis aspectos emocionales tórridos o tratando de razonar con la persona que envió ese mensaje detestable.
Esta vez yo decidí probar el método el Dr. Len .
Me puse a pronunciar silenciosamente "lo siento" y "te amo".
No lo decía a nadie en particular. Simplemente estaba invocando el espíritu del amor para sanar, dentro de mí lo que estaba creando la circunstancia externa.
En el término de una hora recibí un e-mail de la misma persona. Se disculpaba por su mensaje previo.
Ten en cuenta que yo no realice ninguna acción externa para lograr esa disculpa. Yo ni siquiera contesté su mensaje.
Sin embargo, sólo diciendo "te amo", de algún modo sané dentro de mí lo que estaba creando en él.
Más tarde asistí a un taller de ho'oponopono dirigido por el Dr. Len. El tiene ahora 70 años de edad, es considerado un chamán abuelo y es algo solitario.
Él alabó mi libro "El Factor Atractivo". Me dijo que mientras yo me mejoro a mi mismo, la vibración de mi libro aumentará y todos lo sentirán cuando lo lean. En resumen, a medida que yo me mejoro, mis lectores mejorarán.
"¿Y qué pasará con los libros que ya he vendido y han salido de mí?" pregunté.
"Ellos no han salido" explico él, una vez más soplando mi mente con su sabiduría mística.
"Ellos aún están dentro de ti".
En resumen, no hay afuera .
Me llevaría un libro entero explicar esta técnica avanzada con la profundidad que ella merece.
"Basta decir que cuando quiera que desees mejorar cualquier cosa en tu vida, hay sólo un lugar adonde buscar: dentro de ti. Cuando mires, hazlo con amor".

Traducción: desconocido
Edición y Correcciones: Sebastián Alberoni - www.caminosalser.com
Fuente original en inglés:
http://www.mrfire.com/article-archives/new-articles/worlds-most-unusual-therapist.html

Más consideraciones sobre Ho’Oponopono

¡Asombroso!
Con respecto al origen del Ho’Oponopono, era una técnica milenaria empleada por los Kahunas, sacerdotes, sabios, maestros o chamanes de los Pueblos Originarios Hawaiianos. Era utilizada para la resolución de conflictos en las aldeas, principalmente conflictos familiares. Simplemente expresado, Ho'oponopono significa "corregir", "hacer correcto" o "rectificar un error". De acuerdo con los antiguos hawaianos el error surge de pensamientos que están manchados con recuerdos dolorosos del pasado.
También me dediqué a escuchar una entrevista en idioma Inglés a Joe Vitale sobre éste y otros temas relacionados. Joe Vitale es uno de los disertantes en la película "El Secreto". Si bien es muy sano sentirnos merecedores de Abundancia y esta película aporta información valiosa y puede ser inspiradora, siento que se queda corta en muchos aspectos. Principalmente por el simple hecho de que se enfoca demasiado en lo material, y pierde el foco en lo más importante, entregarnos al Orden Divino, nuestra Evolución, la meta gradual de Unión con el Todo, el Amor y que cuando nos enfocamos en el Amor y la Unión con lo Divino, todo lo que necesitamos es añadido. También, si nos enfocamos demasiado en visualizar lo que queremos manifestar, nos podemos perder de lo más valioso, disfrutar el Aquí y Ahora, y esto nos provoca sufrimiento. Hemos escrito una nota al respecto el año pasado, llamada "Manifestar Abundancia o Simplemente Dejarla Ser", puede ser leída aquí. Volviendo a Joe Vitale, no es precisamente el orador que más me gustó de la película "El Secreto". Es el hombre que dice "vengo a decirte esto en tu cara. Todo lo que te pasa en tu vida tú lo has atraído". En su momento me pareció un poco falto de Amor y Compasión como para ser inspirador, si bien parte de lo que decía podía ser verdad. Pero para mi gran asombro, en la entrevista que escuché hace poco en idioma inglés, y puede ser encontrada aquí, él mismo manifiesta que ha dejado atrás la Visualización, se ha dado cuenta que la Visualización es algo de "jardín de infantes", también lo comparó con "andar en bicicleta con rueditas", y siente que el próximo paso es, simplemente, el Amor, y que cuando estamos en Amor, todo lo demás es añadido. Relata, por ejemplo, que fue entrevistado en la cadena televisiva CNN por Larry King en un programa de gran audiencia, y que no lo había visualizado previamente en absoluto. Este hecho simplemente se dio en su vida, y él no se lo esperaba. Y este hombre relaciona este nuevo enfoque en el Amor con el Ho’Oponopono. Ya no se dedica más a decir "Quiero esto, quiero lo otro", simplemente se dedica a limpiarse a si mismo mediante las frases del Ho’Oponopono, confiando en que lo que sea que venga después será hermoso, y mientras se mantiene haciendo esto, vive una y otra vez experiencias de lo más fascinantes. Lo que este hombre fue sintiendo y lo que nosotros fuimos sintiendo es una muestra más de que todos estamos yendo hacia lo mismo, hacia la Unidad. Demás está decir que, Ho’Oponopono mediante, ahora este hombre me agrada mucho!
En la entrevista también se relata nuevamente la historia del Dr. Len y se habla un poco más al respecto, agregando algunas cosas aprendidas con el tiempo. Lo más importante a destacar es el uso de la técnica en sí. Hay algunas afirmaciones más a utilizar.
He aquí un resumen de cómo utilizar la técnica en concreto:

Ante un conflicto o dificultad interna o externa, sea cual fuere, decir en silencio o sentir dentro nuestro estas frases a continuación, expresándolas a la Divinidad que mora en nuestro Interior, o Yo Superior, o “Dios” o como más nos guste, estando Presentes, con la menor intervención de mente y pensamientos posible. No hay que dirigir esto hacia ninguna persona en especial.

Las frases son:
Te Amo
Lo Siento
Por favor Perdóname
Gracias!

Después de hacer esta técnica o limpieza, dejamos ir. Al liberar del todo cualquier expectativa, a continuación podemos sentirnos inspirados a hacer algo, una nueva idea puede llegarnos como “Caída del Cielo”, para que la situación sea resuelta, o directamente la situación puede resolverse por sí sola. A veces la inspiración puede ser simplemente no hacer nada, esperar. Pero no hacemos la limpieza para recibir la idea o inspiración, hacemos la limpieza por la limpieza misma.
En esta entrevista de audio también se planteó un interrogante que más de uno de nosotros puede hacer al respecto de esta técnica.
A algunas personas no les gustó la idea de decir "Por favor Perdóname", ya que no están de acuerdo con la idea de un Dios que necesita que le pidamos perdón. A primera vista, es un cuestionamiento comprensible, ya que ninguno de nosotros debe simpatizar con las viejas creencias religiosas que propagaban la errada idea de un Dios castigador y ajeno a nosotros, inculcando sentimientos de culpa en las personas para mantener el control sobre todo. La respuesta de Vitale a este interrogante fue muy aclaradora: no estamos pidiendo perdón a lo Divino, nos estamos pidiendo perdón a Nosotros Mismos, entonces hay una diferencia de percepción aquí. Lo Divino nos ama totalmente, lo Divino no necesita que nosotros digamos “Lo Siento”, o “Por favor perdóname” o nada parecido, lo Divino nos Ama incondicionalmente Siempre. Somos nosotros los que no permitimos que lo Divino entre en nosotros, entonces cuando decimos “Te Amo”, estamos abriéndonos para experimentar el Amor Divino, y cuando decimos “Lo Siento” y “Por favor perdóname”, nos referimos a la programación y a las creencias y a los bloqueos que tenemos dentro de nosotros mismos, que no permiten que todo este Amor ingrese en nosotros. Y cuando decimos “Gracias” nos estamos abriendo ya que es una afirmación de Gratitud, y la Gratitud es uno de los sentimientos más hermosos que se pueden experimentar (Tenemos tanto para estar agradecidos que deberíamos expresarlo todo el tiempo). En definitiva, todo esto no es para lo Divino, sino que es para nosotros, para que podamos experimentar lo Divino en nosotros, experimentar lo que somos en Esencia.

Otro punto importante en la entrevista es acerca de la elección. Vitale también reconoce que en su momento él profesaba y hablaba mucho sobre las elecciones, pero a partir de este cambio se ha dado cuenta que tener demasiadas elecciones para hacer significa falta de limpieza. Si considero varias opciones, esto quiere decir que alguna parte de mi aún tiene dudas, negatividad, etc. Mientras más limpios estamos, más nos damos cuenta que la inspiración que viene es lo único que se puede hacer. Y lo que él recomienda es hacer Ho’Oponopono hasta que no quede ninguna duda. Esto me recuerda a una frase de un Samurai:

"En la mente del principiante hay muchas posibilidades, en la del experto, pocas". S.Suzuki

Finalmente, también puede ser fuerte la idea de sentirnos responsables de todo lo que ocurre en el mundo. Ante esto, podemos decir que si lo que te ocurre está en tu experiencia, si tu lo estas viendo en algún nivel, si lo leíste en los diarios, lo oíste en las noticias, lo escuchaste en alguna conversación, o en cualquier otra forma, esa es una experiencia compartida, entonces tu tienes la responsabilidad en ayudar a disolverlo, porque tu eres 100% responsable de que esto esté en tu vida. Es fuerte y hermoso a la vez. Todos somos uno, y todo es un espejo de lo que hay dentro de ti.

Para finalizar, transcribo dos frases muy conocidas que hablan de lo mismo.

"Antes de iniciar la labor de cambiar el mundo, da tres vueltas por tu propia casa". Proverbio chino

"Tienes que SER el cambio que quieres ver en el mundo." Gandhi









martes, 21 de junio de 2011

El Miedo

Si bien es cierto que el miedo es  una emoción reflejada a través de nuestro instinto de supervivencia (percepción innata y natural de peligro), también lo es el hecho de que hoy en día representa uno de los factores más limitantes de crecimiento con los que se topa el ser humano. Ya es tan común tenerle miedo al miedo, que preferimos flagelarnos, excusarnos y escudarnos bajo su poder paralizador, que interiorizar su origen para liberarnos de su yugo y control. Es importante aclarar, que nadie está exento de sentir miedo (eso es normal) lo incomprensible, es sentirse mutilado e infeliz por culpa de éste. Te invito a leer las frases, artículos y texto que he recopilado en relación a este tema. Estoy segura de que su lectura te ayudara a comprender y reflexionar un poco más sobre el efecto condicionante que constituye el miedo en nuestras vidas.
Cariños,
Ama


Frases sobre el miedo
1.     El miedo es el más peligroso de los sentimientos colectivos. André Maurois

2.     Vale más actuar exponiéndose a arrepentirse de ello, que arrepentirse de no haber hecho nada. 
Boccaccio, Giovani

3.     La violencia es el miedo a las ideas de los demás y poca fe en las propias.

4.     Muchos hombres permanecen en el rincón de la oscuridad por temor a que la luz de la verdad les deje ver cosas que derrumbarían sus conjeturas. JJ Benítez

5.     Entre más conozcas a lo que le tienes miedo, más pequeño se hará.

6.     Nada en la vida debe ser temido, solamente comprendido. Ahora es el momento de comprender más, para temer menos. Marie Curie

7.     No dejes que la soledad y la melancolía te abrumen, que la rutina te atrape, y que el miedo te paralice a intentarlo.

8.     Valentía, no es la ausencia de miedo, sino la capacidad de seguir adelante a pesar del miedo. Paulo Coelho

9.     Cuántas cosas perdemos por miedo a perder. Paulo Coelho

10. Lo que ahoga a alguien no es caerse al río, sino mantenerse sumergido en él. Paulo Coelho

11. No es porque las cosas son difíciles que no nos atrevemos, es porque no nos atrevemos que son difíciles. Séneca

12. Lo que te preocupa, te domina. John Locke

13. Nunca actúes desde el miedo y nunca permitas que el miedo te impida actuar.

14. Valor es saber a qué no tenerle miedo. Platón

15. Valor no es la ausencia de miedo, más bien, es tu habilidad para enfrentar el miedo.


MIEDO: CÓMO VENCERLO
Dña. Pilar Jericó
Bilbao, 13 de marzo de 2006

¿Quién no tiene miedo?
Todos sentimos miedo en nuestra vida. Gracias a él hemos llegado a sobrevivir como especie. De no ser así habríamos muerto bajo las patas de un mamut hace miles de años.
Éste es el miedo que llamamos equilibrante porque está asociado a la prudencia, nos permite reconocer aquellas situaciones que pondrían en peligro nuestra propia integridad. Este miedo evita por ejemplo que digamos a un superior lo que realmente pensamos de él, o que nos quedemos en cama varios días cuando nuestra obligación es ir a trabajar.
Pero, ¿qué pasa cuando el miedo equilibrante se alarga en el tiempo y sin justificación aparente?: entonces se convierte en un miedo tóxico, que puede dañar nuestra salud y bienestar.
Pero, ¿qué es el miedo?
El miedo es una emoción con la que nacemos, pero que se puede ir modulando a través de la propia educación, el entorno, la cultura, etc.
Los griegos lo explicaban muy bien a través de la mitología: Venus, diosa del amor, mantuvo un romance con Marte, dios de la guerra. De él nacieron cinco hijos: Cupido (dios del amor erótico), Anteros (dios del amor correspondido), Cocordia (diosa del equilibrio y la belleza), Fobos (la fobia) y Deimos (el miedo). Como vemos, el miedo por tanto procede de la unión del amor y la guerra.
¿Esto qué quiere decir?. Que en la medida en que nosotros queramos o amemos algo temeremos perderlo.
Es muy fácil también apreciarlo en el famoso cuento Juan sin miedo: Juan era un chico que no conocía el miedo. Pasa mil aventuras y peripecias pero no consigue saber qué es sentir miedo. Solamente al final del cuento, cuando se casa con la princesa y todo funciona perfectamente es cuando siente temor por primera vez. Hasta ese momento Juan no tenía nada y por tanto no tenía por qué temer. Sin embargo, cuando nace su amor por la princesa, con él nace también el miedo a perderla.
¿Se ha utilizado el miedo a lo largo de la historia como sistema de gestión de equipos de trabajo?
Sí, indudablemente sí. ¡Y realmente funcionaba! Según decía Ford en los años 40 el gran problema que encontraba a la hora de contratar personal para sus fábricas era que "pido dos brazos y me llegan con cerebro". Lo que se buscaba eran autómatas como el conejito de Duracell que se limitasen a realizar las tareas que otros habían ideado.
En la actualidad todavía existe más de un 50% de empresas que gestionan basándose en el miedo, pero a diferencia de hace cincuenta años, este sistema no tiene mucho futuro.
En un mundo que cambia a una velocidad vertiginosa, lo que vale es el talento, la innovación y la creatividad, y ninguna de ellas se puede desarrollar cuando existe el miedo.
¿Por qué?. Reacciones físicas ante una situación de miedo.
Cuando nos encontramos ante una situación de miedo nuestro cuerpo sufre una serie de cambios: el corazón palpita con más velocidad para enviar sangre a las extremidades y al cerebro, las pupilas se dilatan, y se producen tres hormonas: la adrenalina, la noradrenalina y los corticoides, también llamados hormonas del miedo. Los corticoides impiden que se produzca la conexión entre nuestras neuronas, la sinapsis, que como sabemos es la base de la creatividad.
Por tanto, es biológicamente imposible que una persona sea capaz de desarrollar todo su potencial cuando vive en una situación constante de miedo. Se paraliza.
¿Qué tipos de miedo conocemos dentro del entorno laboral?
El miedo al rechazo, miedo al fracaso, miedo a la pérdida de poder, miedo a no llegar a fin de mes y miedo al cambio.
- El miedo al rechazo se podría decir que es el miedo latino. Vivimos en una sociedad muy afiliativa, por eso necesitamos constantemente la aprobación del grupo. A este tipo de miedo pertenece la "vergüenza ajena", emoción que únicamente sentimos nosotros y que otras sociedades no entienden, y también el temor a hablar en público.
- El miedo al fracaso es más acentuado en sociedades anglosajonas. Esto es debido probablemente a su religión: mientras el catolicismo intenta crear la armonía del grupo y por tanto fomenta el miedo al rechazo, la máxima del calvinismo es: "lo que hagas en esta vida será lo que alcances en la otra".
- El miedo a la pérdida de poder es quizá el menos reconocido. En un estudio que se hizo con 185 directores generales, solamente un 6% reconocía padecer este miedo. Sin embargo todos sabemos cómo nos gusta influir en terceros y mantener nuestra parcela de poder.
Cuando hablamos del poder distinguimos varios tipos: el poder que da la jerarquía (soy tu jefe en el escalafón de la empresa), el poder del experto (domino un tema), el poder de tener algo que el otro quiere (yo tengo esta información y te la doy cuando quiera), el poder de la influencia (soy la secretaria del director general y le hago llegar la información como quiero), el poder de la opinión (yo te otorgo poder para influirme con tus opiniones).
- El miedo a no llegar a final de mes es el más extendido. Este temor únicamente respeta a los jóvenes que viven en casa de sus padres sin responsabilidades pero...pon una hipoteca en tu vida y conocerás este miedo.
- El miedo al cambio es el padre de los demás miedos porque detrás de él se desarrolla cualquiera de los otros cuatro. Una fusión, una reestructuración, etc., suponen que sintamos miedo a no ser acogidos por el grupo, a fracasar en los objetivos marcados, a perder nuestro puesto en la jerarquía o a perder el trabajo.
Cualquiera de ellos tiene la capacidad de paralizarnos y únicamente nosotros podemos lograr conquistarlo.
¿Cómo podemos conquistar el miedo?
Existen varios pasos para conseguir que el miedo no nos paralice:
1. Aceptar que tenemos miedo. Sabemos que todos lo padecemos y no es un síntoma de debilidad reconocerlo.
2. Identificar cuál es nuestro miedo. A veces no es fácil reconocerlo. En ese caso lo mejor es centrarnos en la otra cara de la moneda: ¿cuál es nuestra motivación?: ¿estar integrados en el grupo? ¿ganar mucho dinero? ¿alcanzar unos objetivos?. En función lo que nos motive tendremos miedo a perderlo. Por ejemplo, si nos encanta formar parte de un grupo homogéneo de personas, probablemente nuestro mayor miedo será al rechazo.
3. Mirar al miedo a la cara y hacerlo concreto. Nuestro peor enemigo siempre es nuestra propia cabeza. Nosotros somos capaces de imaginar cosas mucho peores que la realidad. Por eso son tan peligrosos los miedos ambiguos. Cuando un jefe te dice: "haz esto o atente a las consecuencias", probablemente pensemos en unas consecuencias mucho más dramáticas que las que luego realmente sucederán.
Por tanto, lo mejor es que ante una amenaza pongamos sobre el papel las posibles consecuencias. Por ejemplo, si me quedo sin trabajo, ¿cuántos meses de paro me corresponden? ¿tengo dinero ahorrado? ¿tengo contactos? ¿cuál es mi empleabilidad?, etc.
En definitiva, para superar los miedos lo mejor es centrarnos en nuestra motivación trascendente, aquella que nos empuja a seguir adelante a pesar de los riesgos.
Victor Frankl fue un psiquiatra judío que pasó la segunda guerra mundial en varios campos de exterminio, entre ellos Auswitz. Según él, no se salvaron de aquel infierno los más fuertes, ni los más cultos, ni los mejor preparados, sino aquellos que tenían una motivación más allá de su propia vida: "cuando salga escribiré un libro", "cuando salga veré a mis hijos", "cuando salga contaré esto al mundo".
Como decía Nelson Mandela: "No es valiente quien no tiene miedo, sino quien sabe conquistarlo"


NO HAY QUE TEMER
Temía estar solo, hasta que aprendí a quererme a mi mismo.
Temía fracasar, hasta que me di cuenta que únicamente fracaso si no lo intento.
Temía lo que la gente opinara de mí, hasta que me di cuenta de que de todos modos opinarían de mí.
Temía me rechazaran, hasta que entendí que debía tener fe en mi mismo.
Temía al dolor, hasta que aprendí que éste es necesario para crecer.
Temía a la verdad, hasta que descubrí la fealdad de las mentiras.
Temía a la muerte, hasta que aprendí que no es el final, sino más bien el comienzo.
Temía al odio, hasta que me di cuenta que no es otra cosa más que ignorancia.
Temía al ridículo, hasta que aprendí a reírme de mi mismo.
Temía hacerme viejo, hasta que comprendí que ganaba sabiduría día a día.
Temía al pasado, hasta que comprendí que no podía herirme más.
Temía a la oscuridad, hasta que vi la belleza de la luz de una estrella.
Temía al cambio, hasta que vi que aún la mariposa más hermosa necesitaba pasar por una metamorfosis antes de volar.
Anónimo


El Miedo
El miedo es una emoción dolorosa, excitada por la proximidad de un peligro, real o imaginario, y que está acompañada por un vivo deseo de evitarlo y de escapar de la amenaza. Es un instinto común a todos los seres humano del que nadie está completamente libre. Nuestras actitudes ante la vida están condicionadas en gran medida por esos temores que brotan de nuestro interior, en grados tan diversos que van desde la simple timidez hasta el pánico desatado, pasando por la alarma, el miedo y el terror.
A los seres humanos se nos lastima desde la infancia. Todos hemos padecido la presión, con su sentido de la recompensa y el castigo. Se nos dice algo que nos causa enojo y nos lastima. Se nos hiere desde la infancia y por el resto de nuestra existencia cargamos con esa herida, temerosos de que se nos vuelva a lastimar o tratando de que no se nos lastime, viviendo una forma de resistencia. Nos damos cuenta, pues, de estas heridas y que por ellas creamos una barrera alrededor de nosotros, la barrera del miedo.
En casi todas nuestras motivaciones subyace algún tipo de temor que frena y condiciona nuestros actos. Este hecho ha sido largamente conocido y aprovechado, a través de los tiempos, por algunas personas para ejercer dominio sobre otras. Las doctrinas religiosas, con diablos de fuego y azufre para castigar a los malos, constituyen algunos ejemplos de una variada gama de "abusos del terror" que ha ido transformándose hasta adquirir formas más suaves en nuestros días.
Los seres humanos hemos tolerado el miedo durante miles de años como una forma esencial de ejercer la autoridad. Y nosotros toleramos el miedo, tal como lo han hecho nuestros padres, nuestros abuelos y toda la raza en la que hemos nacido. Todas las sectas, los dioses y los rituales se basan en el miedo y en el deseo de alcanzar algún estado extraordinario.
Algunos de estos temores antinaturales se denominan fobias. Quienes los padecen no se ven amenazados por ninguna causa objetiva ni próxima y, sin embargo, son incapaces de liberarse de sus sentimientos negativos. Hay quienes le temen a las ratas, a la oscuridad o a las tormentas. Algunos tienen miedo a la soledad, otros a las grandes muchedumbres y muchos se espantan cuando penetran en espacios cerrados, como túneles, ascensores, etc. En estos casos el temor es para la mente lo que la parálisis para el cuerpo. Es el principio de todos los males, pues a un cobarde los temores le exponen a todo tipo de peligros. Cuando el miedo es constante perdemos la confianza en nosotros mismos y en nuestra propia capacidad, nos sentimos incompetentes y abocados al fracaso. Además, los temores imaginarios causan enfermedades, consumen la energía del cuerpo y producen desasosiego y pérdida de vitalidad.
El miedo toma diferentes formas, miedo a no ser recompensados, miedo de fracasar, miedo de la propia debilidad, miedo del sentimiento que genera en nosotros tener que llegar a cierto punto y no ser capaces de lograrlo, miedo a la oscuridad, miedo a la propia esposa o al marido, miedo a la sociedad, miedo de morir, etc. Pero no estamos hablando de los diferentes aspectos que toma el miedo. El miedo es como un árbol que tiene muchas ramas, y aquí nos referimos  a la raíz misma de ese árbol, no de nuestra forma particular de miedo.
Es muy normal creer que un cierto grado de temor nos ayuda a progresar y que es un estímulo para el cumplimiento de nuestro deber. Pero esto no es cierto, el temor no es bueno ni saludable. No es lo más adecuado justificar el miedo, pues éste únicamente nos coacciona. Desde el miedo no puede surgir ni el conocimiento ni la sabiduría. El miedo nos aparta de la realidad y nos hace entrar en un mundo subjetivo, paralizante y desbordante. El problema de la humanidad reside en que los seres humanos tememos miedo porque nos aferramos a cosas y a personas que, por sí mismas, no se pueden “poseer”. Tememos por nuestro buen nombre y posición, por nuestra familia y posesiones. A medida que adquirimos bienes, fama y poder, adquirimos también el temor a perderlos y la constante preocupación de velar por su salvaguardia. Nos convertimos siempre en víctimas de nuestra propia ansia y ambición. Quien posee teme, y éste es un defecto común, en distintos grados, de casi toda la humanidad.
Para que se disipe el temor es preciso ser conscientes de él. Nuestra conducta suele estar siempre inspirada en la ignorancia y en el temor, y mientras nos hallemos en la oscuridad de la inconsciencia, el temor permanecerá donde está. Pero una persona inteligente se encuentra libre de todo temor, y todos podemos serlo. Si podemos descubrir el origen de nuestro miedo, entonces, podemos hacer algo al respecto, es decir, una vez identificado y reflexionado, nuestra percepción del miedo cambia y eso nos libera de su poder.


La culpa, ese fantasma que nos persigue
La culpa es ese encierro al que un día arribamos, de manera inconsciente, para permanecer muchos años en terrenos, por demás, despiadados, bajo las garras de innumerables tormentos e insomnio. El fenómeno ocurre desde nuestra niñez a partir del momento en el que, siendo católicos, aprendemos en las clases de catecismo que, por culpa de Adán y Eva, quienes fueron desterrados del Paraíso, nacemos con el pecado capital. El pecado fue de ese par de seres que Dios creó en un principio.
Habiendo nacido en un hogar católico, recibí la información que todo niño y niña está obligado a aprender de memoria: la historia sagrada. Con frecuencia me preguntaba: “¿Cómo es posible que todos vengamos a este mundo con tan horrible responsabilidad, y si no somos bautizados este gran pecado nunca será perdonado?
La culpa es un instrumento debilitante que posiblemente existe en otras religiones, no sólo en la católica. Lo que también es cierto es que lo utiliza la sociedad y se engolosina con él.
No pienso abundar en el tema de las religiones porque respeto las creencias de los demás. Lo que pretendo hacer es analizar un poco el hecho de que la culpa, la sensación de ser impuros, nos mantiene alejados de la libertad. Nos han dicho que no somos libres hasta que borremos los pecados de nuestros ancestros.
Pues bien, en este momento establezco, con toda firmeza, que no creo en el pecado. El pecado no existe. Existen, sí, los errores, las equivocaciones. Sabemos que no somos perfectos, que al darnos libre albedrío, Dios nos permitió probar toda suerte de situaciones y, por ende, a veces acertamos y a veces no. Mantener a millones de personas en el terror de condenarse, primero: si no limpian el pecado original, segundo: si se salen un milímetro del rebaño, es decir, si no siguen al pie de la letra los preceptos de su religión, aunque éstos sean obsoletos, es una de las cosas más espantosas que los hombres de poder pudieron maquinar.
Haber llegado a la conclusión de que, para mí, no existe el pecado, fue motivo de una inusitada liberación. “Sí, sí, estoy en lo cierto”, me dije, “así es como deben ser las cosas. Debo borrar de mi memoria el concepto de pecado porque me debilita, me hace parte de un conjunto de seguidores al que, ciertamente, no quiero pertenecer. Nadie tiene el derecho de maniatarme, de obligarme a tener pensamientos que consumen mi autonomía”.
Al deshacerme del pecado, me fue posible analizar la culpa, para posteriormente, desterrarla de tajo. Si no me siento condenada, miserable e indigna entonces puedo comportarme bajo la premisa de la lógica, siguiendo los dictámenes de eso que es lo más valioso en cada ser humano: su intuición. Prestar atención a nuestra intuición es la única manera de ir por la vida tomando buenas decisiones. Una vez que la culpa ha sido eliminada, ¿qué nos queda?, la posibilidad de actuar con honor y con sinceridad cada vez que tomamos las medidas pertinentes.
Si me rijo por el amor no tendré miedo, ni dudaré en mi comportamiento cotidiano. Mi respeto y amor por el otro irá por el camino de la comunicación sin cortapisas, sin falso pudor, sin mentiras.
La culpa se lía arteramente con la inseguridad. ¿Alguna vez has querido acercarte a una persona, pero te detienes porque crees que puede estar enfadada contigo? Esto lo viví con un muy amado miembro de mi familia. Siendo pequeña, con frecuencia me preguntaba: “¿Estás enojada conmigo?” Sorprendida le respondía: “No, mi cielo, para nada”. ¿Por qué lo preguntas? No me respondía… era evidente que no sabía cómo describir lo que bullía en su interior. ¿Este familiar tenía miedo -a pesar de su afecto por mí- de haber hecho algo reprobable? Seguramente tenía dudas y las dudas eran hijas de una culpa que había fabricado en su mente. Quizá, como muchos, pensaba que había cometido una falta y que merecía un castigo. Su pregunta iba preñada de ansiedad, de una intensa necesidad de ser amada, de seguir siendo favorecida por mí. ¡Ah, cuánto sufrimos, inútilmente, al ser producto de un dictamen ancestral.
En una ocasión alguien comentó: “Necesito que me castiguen”. ¡Qué terrible sentencia! Esta persona estaba segura de que si no la reñían era porque no la amaban. Pensaba que era culpable (quién sabe de qué, ni ella misma lo entendía). De lo que sí estaba segura era que era menester recibir un escarmiento porque era “mala”. ¿Culpa?
Yo misma he sido víctima del fantasma de la culpa. En muchas ocasiones he sentido que ‘algo anda mal’ al comunicarme con determinada persona. He percibido que, quizás, está enfadada conmigo por algo horrible que hice; una falta imperdonable que hizo sufrir a esa persona. No siempre he podido externar la pregunta ¿Hice algo que te ofendió? Pero cuando lo he hecho he aprendido que a) fui poco atenta y mi comentario fue inapropiado (es decir, cometí un error) o b) me entero que esa persona tiene problemas existenciales y su malestar no es conmigo, es con alguien más, pero no le fue posible hablarlo en su momento. No obstante, la primera sensación al hablar con aquella persona es: “ya no me quiere, lo que sea que hice merece un castigo y nuestra amistad va a quedar anulada en este mismo instante”.
Recuerdo algunas situaciones en las que intervenía mi padre. Si me regañaba, con esa mirada que me paralizaba de miedo, yo era culpable de algo mayúsculo. Siendo muy pequeña, un día le tomé una mano, la besé y le pedí perdón ante la aterradora realidad de no ser amada. Resulta que no había hecho nada malo, solamente me había comportado fuera de “sus” leyes que, en su mayoría, eran autoritarias, despojadas de toda intimidad, de la comprensión que todos buscamos en nuestros progenitores. Pero, y esto es fundamental, algo que todos debemos entender, él fue producto de una educación todavía más autoritaria, hija del miedo y de la culpa, en la que su padre, mi abuelo, debía ser perfecto y exigía obediencia y voluntad férrea de parte de todos sus hijos… y ¡fueron diecisiete!, aunque diez lograron vivir. Mi papá sufría lo indecible porque no podía comunicarse, no podía olvidar los años de castigos y austera disciplina que le fueron impuestos. Esto lo supe muchos años después al observarlo, al perdonar mis años de sufrimiento y a amarlo como mi esforzado padre, nada más.
Para terminar, con toda compasión comparto contigo, querido lector/querida lectora, que es imperioso deshacernos de la culpa, que no necesitamos sufrir más a causa de esa espina que voluntaria o involuntariamente clavamos en nuestro corazón. Podemos reconocer nuestros errores. Podemos ofrecer una disculpa. Podemos aprender a remediar algo que estuvo equivocado para restituir la armonía en nuestro entorno. La culpa es otra hermana de la preocupación y realmente no la necesitamos.
Extracto del Ensayo de Martha Sánchez Llambí
Ciudad de México Abril 2009
Registro Público del Derecho de Autor
Núm.032009 – 060510551700-01


LO QUE HACE EL MIEDO...
En una tierra en guerra, había un rey que causaba espanto. Siempre que hacía prisioneros, no los mataba: los llevaba a una sala donde había un grupo de arqueros de un lado y una inmensa puerta de hierro del otro, sobre la cual se veían grabadas figuras de calaveras cubiertas por sangre. En esta sala él les hacía formar un círculo y les decía, entonces: "Ustedes pueden elegir entre morir flechados por mis arqueros o pasar por aquella puerta y por mí ser allá trancados". Todos elegían ser muertos por los arqueros. Al terminar la guerra, un soldado que por mucho tiempo sirvió al rey se dirigió al soberano: Señor, ¿puedo hacerle una pregunta?  Dime, soldado.  ¿Qué había detrás de la asustadora puerta? -Ve y mira tú mismo. El soldado, entonces, abre temerosamente la puerta y, a medida en que lo hace, rayos de sol entran y aclaran el ambiente... Y, finalmente, él descubre, sorprendido, que... la puerta se abría sobre un camino que conducía a la LIBERTAD. El soldado, admirado, sólo mira a su rey, que dice: - Yo daba a ellos la elección, pero preferían morir a arriesgarse a abrir esta puerta.
REFLEXION:
¿Cuántas puertas dejamos de abrir por el miedo de arriesgar? ¿Cuántas veces perdemos la libertad y morimos por dentro, solamente por sentir miedo de abrir la puerta de nuestros sueños? ¡Piensa en eso!
Anónimo


Oportunidades perdidas por el miedo

Un hombre recibió una noche la visita de un ángel, quien le comunicó que le esperaba un futuro fabuloso: se le daría la oportunidad de hacerse rico, de lograr una posición importante y respetada dentro de la comunidad y de casarse con una mujer hermosa.
Ese hombre se paso la vida esperando que los milagros prometidos llegasen, pero nunca lo hicieron, así que al final murió solo y pobre.
Cuando llegó a las puertas del cielo vio al ángel que le había visitado tiempo atrás y protestó:
- "Me prometiste riqueza, una buena posición social y una bella esposa. Me he pasado la vida esperando en vano”.
- “Yo no te hice esa promesa, replicó el ángel. Te prometí la oportunidad de riqueza, una buena posición social y una esposa hermosa”.
El hombre estaba realmente intrigado. "No entiendo lo que quieres decir", confesó.
- "Recuerdas que una vez tuviste la idea de montar un negocio, pero el miedo al fracaso te detuvo y nunca lo pusiste en practica?"
El hombre asintió con un gesto.
- “Al no decidirte unos años más tarde, se le dio la idea a otro hombre que no permitió que el miedo al fracaso le impidiera ponerlo en practica.  Recordarás que se convirtió en uno de los hombres mas ricos del reino".
 “ También, recordarás”... prosiguió el ángel, “aquella ocasión en que un terremoto asoló la ciudad, derrumbó muchos edificios y miles de personas quedaron atrapadas en ellos. En aquella ocasión tuviste oportunidad de ayudar a encontrar y rescatar a los supervivientes, pero no quisiste dejar tu hogar sólo por miedo a que los muchos saqueadores que habían te robasen tus pertenencias, así que ignoraste la petición de ayuda y te quedaste en casa".
El hombre asintió con vergüenza. "Esa fue la gran oportunidad de salvarle la vida a cientos de personas, con lo que hubieras ganado respeto de todos ellos", continuo el ángel.
- "Por último, ¿recuerdas aquella hermosa mujer pelirroja, que te había atraído tanto?... la creías incomparable a cualquier otra y nunca conociste a nadie igual. Sin embargo, pensaste que tal mujer no se casaría con alguien como tú y para evitar el rechazo, nunca llegaste a proponérselo".
El hombre volvió a asentir, pero ahora las lágrimas rodaban por sus mejillas.
- "Sí, amigo mío, ella podría haber sido tu esposa", dijo el ángel. “Y con ella se te hubiera otorgado la bendición de tener hermosos hijos y multiplicar la felicidad en tu vida".
A todos se nos ofrecen oportunidades, pero muy a menudo, como el hombre de la historia, las dejamos pasar por nuestros temores e inseguridades.
Pero tenemos una ventaja sobre el hombre del cuento... “Aún estamos vivos !!!"




Cosas en movimiento por Amarilis Irigoyen
Ramona se sentía hipnotizada por aquel trompo que desprendía luces de colores en sus movimientos. En la ventana del negocio, se había aglomerado tanta gente del pueblo para ver aquella maravilla. Con mucho esfuerzo logró sostenerse arriba de su bicicleta de trabajo para  tener una mejor perspectiva del funcionamiento del objeto. Adentro, un hombre con aire de deidad y vestido como un domador de leones, estiraba un cable horizontal para darle velocidad al trompo que se había detenido. Disfrutar de esas cosas no era algo cotidiano para Ramona ni para aquella gente. Su mayor entretenimiento era jugar con corcholatas y ver la joroba de Reina, una cebra candorosa que  paseaba libremente por las cuadras territoriales del pueblucho, recordándole a Ramona que el ayer de un cielo no es el azul de un instante. Los caracoles en el tiempo no suelen estar preparados para los cambios drásticos, ni mucho menos para lidiar con las nuevas monedas, incapaces de medir las necesidades del hombre pobre. Una gota de sudor le indicó a Ramona que era tarde y debía proseguir su camino. A lo lejos, pudo ver cómo las estatuas del pensamiento se iban dejando seducir por el intruso, el mismo que terminaría por hacerlos caer en la vía del cambio. Con miedo, Ramona pedaleó muy fuerte para alejarse de aquel lugar, implorándole a sus piernas que no cedieran ante la  ventisca que se avecinaba. Ni siquiera ella, con sus veinte vacas y sus doce cerdos, sería capaz de rebelarse ante la inminente llegada del progreso. 












La estocada por Amarilis Irigoyen

Las  paredes comienzan a asfixiarme. El tiempo se alarga en  las sombras. Oigo voces a lo lejos y recupero la esperanza, pero yo  no respondo a las señales de vida. Trato de tranquilizarme; reorganizo mis ideas y espero en silencio.

Mi mente insiste en activar mis defensas, inclusive aquellas que  desconozco. Quiero moverme, pero no puedo. Algo me  aplasta la voluntad.

Un olor desagradable invade el ambiente, me desespero por la falta de oxígeno. Navego en la incertidumbre de su procedencia con el intento de no dejarme naufragar.

Siento el filo embestiendo mis entrañas y, a pesar del dolor, me conmuevo al escuchar ese llanto distante pero tan cercano. Imagino sus ojos, color ignorancia, cubiertos por el velo de la inmadurez, mientras mi cuerpo, aun pequeño y sin forma, lucha por sobrevivir.

El miedo se vuelve absurdo ante lo inevitable y comienzo a ceder.
En trozos, sucumben mis sueños y escribo con su sangre, el amor fallido de esta mujer. 



domingo, 12 de junio de 2011

Día del Padre

En alguna oportunidad mi papá me dijo: “Ama, imaginar la vida sin ti es como dejar de existir. Tú me das los motivos suficientes para seguir creyendo en el amor. Por favor, no dejes de mecer mi columpio, que yo seguiré dándoles motivos al tuyo para no detenerse”.
Ser un buen padre, no es una tarea fácil, sin embargo, no serlo, puede que sea mucho peor. Por eso… muchas felicidades a todos esos súper hombres que han marcado la pauta y el ejemplo en nuestras vidas, y a los que a penas comienzan, muchas felicidades también; la paternidad no sólo es un acto de fe (como decía mi abuelita) se requiere de mucho amor, valor y responsabilidad para ser el padre ejemplar que todo hijo desea y se merece.
“Feliz día del Padre”.
Cariños,
Ama



¿ QUÉ ES UN PAPÁ ?
Un papá, lo que se llama papá, es una combinación extraña de razón y sentimiento.
Es aquel que sabe orientar y exigir, pero al mismo tiempo sabe amar.
Es aquel que al minuto de haber regañado con severidad, sonríe y guiña el ojo con ternura.
Es el que sabe decir no cuando es lo justo y sabe decir sí cuando es lo conveniente.
Un papá zapatea duro cuando cumple su deber y anda de puntillas en la noche cobijando nalguitas y cuerpecitos fríos.
Un buen papá es el que después de una dura jornada de trabajo, al llegar a casa abraza a sus hijos y se vuelve un niño jugando can ellos.
Un papá es aquel hombre que genera vida, que acompaña y da seguridad ofreciendo una mano firme.
Un papá es un higo que parece duro y espinoso por fuera pero es puro y dulce en su interior.
Un papá es un director de orquesta, es el constructor de un nido, es el maestro de la escuela de la vida.
Un papá es ante todo un hombre con corazón, que sabe señalar el horizonte con optimismo y confianza.
Un papá, un verdadero papá, tiene mucho de mamá, aunque tenga fortaleza de varón inquebrantable.
Un papá es refugio seguro para el hijo que llora y sufre... un papá es aquel que sabe escuchar y alentar a los hijos en las derrotas de la vida.
A los papás se les dedica un día en el año, pero ellos dan todos los días para los suyos.
Son generosos por naturaleza, por voluntad y por amor. Además, un papá nunca muere, simplemente se esfuma para continuar mandando en su recuerdo con sus enseñanzas.
Los papás, son arriesgados, decididos, comprometidos y tenaces.
La vida de los hijos transcurre felizmente a la sombra de un buen papá, como el amigo y confidente que refleja la ternura, la bondad y el amor de Dios Padre.



CARTA DE UN NIÑO PARA SU PAPÁ

Querido papá…
Quiero contarte algo que se refiere a nosotros dos. Quiero compartir contigo algunas experiencias que viví a tu lado sin que tú lo supieras, experiencias que de alguna manera apreciaría trasmitirle a mi hijo, cuando sea yo quien lo tenga.
…..Cuando pensabas que no te veía, te escuché pedirle al Ser Supremo salud y trabajo para nosotros, y aprendí que existía Alguien con quien yo podría conversar en el futuro.
…..Cuando pensabas que no te veía, te vi preocuparte por tus amigos sanos y por tus amigos enfermos, y así aprendí que todos debemos ayudarnos y cuidarnos unos a otros.
…..Cuando pensabas que no te veía, te vi dar tu tiempo y dinero para ayudar a personas que nada tenían, y aprendí que aquellos que tienen, debemos compartirlo con quienes no tienen.
…..Cuando pensabas que no te veía, te sentí darme un beso por la noche y me sentí amado y seguro.
…..Cuando pensabas que no te veía, te vi atender la casa y a todos los que vivimos en ella, y aprendí a cuidar lo que es dado.
…..Cuando pensabas que no te veía, vi como cumplías con tus responsabilidades, aún cuando no te sentías bien, y aprendí que debo ser responsable cuando crezca.
…..Cuando pensabas que no te veía, vi tus lágrimas, y entonces aprendí que a veces las cosas duelen, y que está bien llorar.
…..Cuando pensabas que no te veía, vi que te importaba y quise ser todo lo que puedo llegar a ser.
…..Cuando pensabas que no te veía, aprendí casi todas las lecciones de la vida que necesito saber para ser una buena persona y también productiva cuando crezca.
…..Cuando pensabas que no te veía, te vi y quise decir: ¡ Gracias por todas las cosas que vi, cuando pensabas que no te veía ¡
Feliz día papito.


FRASES

   *El mejor legado de un padre a sus hijos es un poco de su tiempo cada día. O. A. Battista

*El hombre da vuelta al mundo para buscar lo que le hace falta... entonces regresa a casa y lo encuentra.

*Antes tenía seis teorías sobre el modo de educar a los niños. Ahora tengo seis hijos y ninguna teoría. Lord Rochester

*Un padre es un hombre que espera que sus hijos sean tan buenos como él hubiera querido ser. Carolyn  Coats

*Amar a la madre de sus hijos es lo mejor que un padre puede hacer por sus hijos. Theodore de Banville

*Cuando yo tenía 14 años mi padre era tan ignorante que no podía soportarlo. Pero cuando cumplí los 21, me parecía increíble lo mucho que mi padre había aprendido en siete años. Marck Twain

*El hombre es a la vez, padre de sus obras futuras e hijo de las pasadas. René Félix Allendy

*Espera de tu hijo lo mismo que has hecho con tu padre. Tales de Mileto

*Para cuando un hombre se da cuenta de que quizá su padre tenía razón, ya tiene un hijo propio que piensa que su padre está equivocado. Charles Wadsworth

*Es un hombre sabio el que conoce a su propio hijo. William Shakespeare

*Un buen padre vale por 100 maestros. Jean Jacques Rouseau


*No es la carne y la sangre, sino el corazón, lo que nos hace padres e hijos. Friedrich Schiller

*No me cabe concebir ninguna necesidad tan importante durante la infancia de una persona, que la necesidad de sentirse protegido por un padre. Sigmund Freud

*En el cielo, directamente después de Dios, viene un papá.





     
LO QUE PIENSA UN HIJO DE UN PADRE

A los siete años: Papá es un sabio, todo lo sabe.

A los catorce años: Me parece que papá se equivoca en algunas cosas que dice.

A los veinte años: papá está un poco atrasado en sus teorías, no es de esta época.

A los veinticinco años: El viejo no sabe nada.... esta chocheando decididamente.

A los treinta y cinco años: Con mi experiencia, mi padre a esta edad, hubiera sido millonario.

A los cuarenta y cinco años: No se si ir a consultar este asunto con el viejo, tal vez pueda aconsejarme.

A los cincuenta y cinco años: ì Que lastima que se haya muerto el viejo, la verdad es que tenía unas ideas una clarividencia notables ì

A los setenta años: ¡ Pobre papá, era un sabio ! ¡Que lastima que yo la haya comprendido tan  tarde!

Anónimo






Poema del Padre
Gracias papá por estos años,
que al lado de mamá y tus hijos...
nos haz dado lo mejor de tu existencia...
tu abnegación, tu amor y tus consejos.
Hoy solo quiero decirte viejo del alma,
que eres el ser que más respeto y admiro...
por eso te pido con amor y vehemencia,
que más que padre...¡Seas mi amigo!
Me enseñaste a caminar cuando era niño,
y de tus manos agarrado di mi primer paso...
Hoy que camino por el rumbo de la vida...
voy por ella aferrado a tus ejemplos y consejos.
Acaso no recuerdas con malicia viejo mío,
aquellas noches que anduviste en calzoncillos
buscando la cuna donde yo dormía...
me cobijaste y sin perturbar mi sueño,
con amor de macho enternecido...
pusiste un beso en mi nalguita fría.
Soy la oveja descarriada que regresa
al redil de tus brazos padre mío.
Dadme el perdón y con cariño...
el dulce calor de tus consejos.
Si fui rebelde y te causé una herida,
por no escuchar tus consejos viejo mío...
Te pido perdón con el alma vencida
por que quiero regresar arrepentido.
¡Gracias papá!...por ser mi padre
que en unión con mi madre me diste vida.
Gracias por ser y lo que haz sido...
más que papá...
¡Un buen amigo!




SABRÁS LO QUE ES SER PADRE...

Solamente sabrás lo que es ser padre, cuando sientas muy hondo el latido de ese pedazo de tu corazón sobre tu pecho, henchido de legítimo orgullo.
Sabrás lo que es ser padre, cuando comprendas que el fruto de tu sueño es ahora una realidad palpitante, ternura en piel viva y mirada inocente ante tu regocijo.
Conocerás la dicha de ser padre, cuando entiendas que tu sueño ya jamás será completo, cuando sepas del llanto de la madrugada, de tus largas ojeras y la satisfacción de ver a tu renuevo tranquilamente dormido, aunque tú no lo puedas hacer.
Únicamente sabrás lo que es hacerse padre, cuando radiante pasees a tu hijo en su dorado cochecito, le hables aunque sepas que no te entiende aún y lo veas descubriendo asombrado cada pequeña cosa que constituirá su primera lección de filosofía.
Sabrás lo que significa ser padre, cuando en la noche corras por esa medicina que necesita para aliviar su fiebre, al llevar la cuenta de sus vacunas y cuando de puntillas te acerques a su cuna a escuchar su respiración, acompasada y feliz.
Cuando por primera vez te diga papá, ría cuando lo lances al aire y no sienta el peligro porque tú le das seguridad con tu sonrisa, cuando le impulses a dar sus primeros pasos, inequívoca señal de que empieza el camino hacia su destino y corras detrás de su bicicleta donde afanosamente pedalea los primeros caminos y distancias del peregrinar futuro de su vida.
Sabrás la maravilla que posees, cuando lo lleves por vez primera a la escuela y veas sus ojos llorosos porque no quiere separarse de ti y sientas el alma adolorida al alejarte dejándolo en medio de otros egoísmos que, sin embargo, le enseñarán a ser compartido.
Cuando te muestre sus primeros garrapateados dibujos, incipiente Picasso que preludia en ellos el afán por la belleza que se esconde en su corazón. Y sobre todo, cuando se abrace a ti, tomando tu mano simbolizando con ello la confianza de tu fortaleza, que le dará seguridad en su andar.
Sabrás lo que es ser padre, cuando reclame tu tiempo y tú tengas que buscarlo y encontrarlo en donde puedas, cuando lo lleves al circo y a la playa y al paseo cansado pero gratificante, cuando juntos sueñen en las vacaciones en que ambos se pertenecerán por completo, cuando le enseñes a jugar y a llenar rompecabezas y juntos caminen por el parque cualquier tarde esplendorosa de abril.
Comprenderás la maravilla que Dios te concedió, cuando te rete con sus primeras preguntas y de momento no sepas cómo contestarlas, cuando le ayudes a escribir la carta a Papá Noel y esperes la vigilia de la Navidad con el ansia compartida de una nueva niñez tuya y descubra en tu abrazo, en tu caricia y en tu beso incondicional, cuánto le amas.
Sabrás lo que es ser padre, cuando lo lleves a que toque a Dios por primera vez, le enseñes a rezar por todos y sienta que tu cariño es algo en lo que puede confiadamente descansar. Y cuando ves que va creciendo y tú lo acompañas, va avanzando y tú estás a su lado, y se va haciendo adolescente, y en ese proceso, tú no lo dejas, por duro que sea el ver que poco a poco se desprende de ti, para ir en busca de sí mismo.
Sabrás lo que es ser padre, cuando oigas el reclamo inesperado y su deseo de independencia. El día que deje de acompañarte, porque sus amigos lo esperan y sientas que tu corazón se estremece, porque el día llegó antes de lo que pensabas y sientas profundamente que así debe ser, porque es el precio que pagarás por el aprendizaje de su vuelo definitivo.
Y finalmente sabrás lo que es ser padre, cuando un día tu hijo tenga que partir para estudiar en otro lugar, o a un trabajo distante y la nostalgia consuma las horas que antes feliz disfrutaste en su compañía, y quizás, sea el teléfono o el internet la lejana liga que te una a él.
Y sobre todo, cuando alguien venga y lo lleve de tu lado para perseguir otro arco iris, el de su propia vida, compartida con alguien a quien amará y tú deberás aceptarlo, porque esa es la ley de la vida y tu hijo te fue solamente prestado por un tiempo.
Entonces sabrás lo que es saberte padre. Que no estudiaste para ello, pero lo viviste y lo seguirás viviendo. Y el regocijo que eso te proporcionará deberá entonces ser mayor que el dolor que supone el sentir que algo muy tierno se despide de tu alma. Pero es sólo entonces, que podrás saber con plenitud, la maravillosa experiencia, regalo de Dios vivo, que es saberse padre.
Rubén Núñez de Cáceres V.







Tema para meditar, un poco como hijo y padre a la vez.


Relataba un hombre todavía joven:
Quise darle a mis hijos lo que yo nunca tuve, entonces comencé a trabajar catorce horas diarias.
No había para más, sábados ni domingo; consideraba que tomar vacaciones era locura o sacrilegio.
Trabajaba día y noche y mi único fin era el dinero, no me paraba en nada para conseguirlo...
¡Quería darle a mis hijos lo que yo nunca tuve!
Lo interrumpió alguien:
__ ¿ Y lograste lo que te propusiste?
__ ¡ Claro que sí !... Contestó el hombre.
Yo nunca tuve un padre agobiado, hosco, siempre de mal humor, preocupado, lleno de angustias y ansiedades, sin tiempo para besarme, acariciarme y jugar conmigo o darme un consejo cuando más lo necesitaba.
... Ése es el padre que yo les dí a mis hijos...
¡Ahora ellos tienen lo que yo nunca tuve!



Al estilo Mirador por Alejandra Ulloa


A Catón le gustaría conocer a mi papá.

Mi papá tiene un matrimonio que dura ya 40 años, 3 hijos, 5 nietos y a su Schnauzer.

Cuando en Navidad repartimos al azar los regalos del niño Dios (su paz, su
tranquilidad, su compañía), a mi papá le tocó el único papelito en blanco de la
canasta. Lo bromeamos porque no le había tocado regalo,  pero yo creo que es
porque Dios sabe que tiene todo lo que necesita para ser feliz.

Mi papá lee, día con día, el Mirador de Catón. Cuando trata de nietos, mi papá le dice
a mi mamá que lo lea, porque considera que tienen que ver con ella.

Cuando trata de Adán y su amor por Eva, mi papá lo recorta y lo deja en la mesa
frente al plato de mi mamá, porque considera que tiene que ver con ellos.

Cuándo, con frecuencia, Catón habla de SU Terry, mi papá recorta el Mirador y lo
guarda en la cartera, porque tiene que ver con él.

Guarda esos Miradores en su cartera e imagino que, cuando sale a pasear cada tarde,
se sienta en una banca en la arboleda y, si nadie mira, los saca y se los lee a SU
Chiquis.

Ellos se entienden y seguro Catón también, por eso: a Catón le gustaría conocer a mi
papá.

 NOTA: El presente texto (un poco recortado) fue publicado por Catón, en su sección de Mirador en diferentes diarios del país (Mural, Reforma, El Norte, entre otros) el Lunes 18 de abril de 2005, con la siguiente nota de Catón:

“Sí que me gustaría conocer al ingeniero Alonso Ulloa M., de Guadalajara, y a su señora esposa. Muy amorosos padres han de ser si supieron inspirar en Alejandra, su hija, tal amor. (Nota: me gustaría conocer también a sus tres hijos, sus cinco nietos y su schnauzer)
Hasta Mañana!”

Vaya aquí mi agradecimiento por tan lindo detalle.



CABECITA BLANCA por Amarilis Irigoyen 

Cabecita blanca
Abatida por los sueños
Crees haber perdido
La alegría y el consuelo.

Cabecita blanca
Que minaron tu sendero
Has luchado con ahínco
Por salir de este destierro.

Cabecita blanca
Forjadora del terreno
Tu camino esta premiado
Por ser tú hijo del cielo.

Cabecita blanca
Que mirasteis las estrellas
Busca pues en las galaxias
Las respuestas que tú anhelas.

Cabecita blanca
Invadida por los miedos
No permitas que el cansancio
Te arrebate lo certero.

Cabecita blanca
Poseedora de lo etéreo
Vislumbrado es tu destino
Si confías en el cielo.

Cabecita blanca
Que lamentas verte viejo
No te olvides que lo bello
No radica en el espejo.

Cabecita blanca
Compañera de mis juegos
Piensa en todo mi cariño
Cuando estés en el silencio.

Cabecita blanca
Que te miro desde lejos
Hoy deseo ver lo blanco
Y no lo negro de tu miedo.




Cuando el hombre eleva su mirada al cielo, y contempla el majestuoso espectáculo que le brinda el creador, comienza a ser filósofo.
Cuando el hombre intenta entender lo que allá existe, y busca una razón para explicarlo, comienza a ser sabio.
Cuando el hombre, comprende la insignificancia de su micromundo, comienza a ser tolerante.
Cuando el hombre comienza a ser tolerante, empieza a ser feliz y a hacer feliz a los demás.
En homenaje a mi padre Danilo Irigoyen



EL VIEJO

El día que esté viejo y ya no sea el mismo, ten paciencia y compréndeme.
Cuando derrame comida sobre mi camisa y olvide como atarme mis zapatos, tenme paciencia, recuerda las horas que pasé enseñándote a hacer las mismas cosas.
Si cuando conversas conmigo, repito y repito las mismas palabras y sabes de sobra como termina, no me interrumpas y escúchame.
Cuando eras pequeño para que te durmieras tuve que contarte miles de veces el mismo cuento hasta que cerrabas los ojitos.
Cuantas veces cuando tu dormías a la media noche, yo en calzoncillos y andando en puntillas crucé tu alcoba para revisar si estabas aguantando frío, y antes de poner la sábana, besé con amor tu nalguita fría.
Cuando hable contigo si mi voz se eleva, no estoy enojado, sólo estoy perdiendo mi audición y creo que todo mundo es sordo, así como tú piensas cuando estás escuchando radio con audífonos.
Cuando estemos reunidos y sin querer haga mis necesidades, no te avergüences y compréndeme que no tengo la culpa de ello, pues ya no puedo controlarlas.
Piensa cuantas veces cuando niño te ayudé y estuve pacientemente a tu lado esperando a que terminaras lo que estabas haciendo.
No me reproches por que no quiero bañarme, no me regañes por ello, recuerda los momentos que te perseguí y los miles de pretextos que te inventaba para hacerte más agradable tu aseo.
Cuando me veas inútil e ignorante frente a todas las cosas tecnológicas que ya no podré entender, te suplico que me des todo el tiempo que sea necesario para no lastimarme con tu sonrisa burlona.
Acuérdate que fui yo quien te enseñé tantas cosas: Comer, vestirte y como enfrentar la vida tan bien como lo haces, son productos de mi esfuerzo y perseverancia.
Cuando en algún momento, mientras conversamos, me llegue a olvidar de que estamos hablando, dame todo el tiempo que sea necesario hasta que yo recuerde y si no puedo hacerlo, no te impacientes; tal vez no era importante lo que hablaba y lo único que quería era estar contigo y que me escucharas en ese momento.
Si alguna vez yo no quiera comer, no me insistas. Sé cuanto puedo y cuando no debo.
También comprende que con el tiempo, ya no tengo dientes para morder ni gusto para sentir.
Cuando mis piernas fallen por estar cansadas para andar, dame tu mano tierna para apoyarme como lo hice cuando comenzaste a caminar con tus débiles piernas.
Cuando algún día me oigas decir que ya no quiero vivir y sólo quiero morir, no te enfades, algún día entenderás que esto no tiene que ver con tu cariño o cuanto te ame.
Trata de comprender que ya no vivo, si no sobrevivo, y eso no es vivir.
Siempre quise lo mejor para ti y he preparado los caminos que has debido recorrer.
Piensa entonces que con este paso que me adelanto a dar, estaré construyendo para ti otra ruta, en otro tiempo, pero siempre contigo.
No te sientas triste, enojado o impotente por verme así. Dame tu corazón, compréndeme y apóyame como lo hice cuando tu empezaste a vivir.



PAPITO
Papasito lindo de mi corazón
soy el doble tuyo
y tu eres mi orgullo
me llenas de amor.
Soy muy chiquitito aprendiendo a hablar
fueron mis palabras papito, papá
las primeras letras….me enseñó mamá.
Hoy en este día te quiero decir
papitito bueno
que eres mi alegría
eres mi mentor
yo soy tu chiquito
que te quiere dar
un besote grande
por ser mi papá.
Gracias por quererme
gracias por tu amor
gracias por que eres
mi papi, el mejor.




ORACION DE UN PADRE
Dame Señor, un hijo que sea lo bastante fuerte para saber cuando es débil,
y lo bastante valeroso para enfrentarse a sí mismo cuando sienta miedo.
Un hijo que sea orgulloso e inflexible en la derrota, y humilde y magnánimo en la victoria.
Dame un hijo que nunca doble la espalda cuando deba erguir el pecho.
Un hijo que sepa conocerte a ti....y conocerse a sí mismo, que es la piedra fundamental del conocimiento.
Condúcelo, te lo ruego, no por el camino cómodo y fácil, sino por el camino áspero, aguijoneado por las dificultades y los retos. Y ahí, déjalo aprender a sostenerse firme en la tempestad, cuyos ideales sean altos.
Un hijo que se domine a sí mismo antes que pretenda dominar a los demás,
un hijo que avance hacia el futuro, pero que nunca se olvide del pasado.
Y después de que todo eso sea de él, agrégale, te lo suplico, suficiente sentido del humor, de modo que pueda ser siempre serio, pero que no se tome a sí mismo demasiado en serio.
Dale humildad, para que pueda recordar siempre la sencillez de la verdadera grandeza, la imparcialidad de la verdadera sabiduría y la mansedumbre de la verdadera fuerza.
Entonces, yo, su padre, me atreveré a murmurar :
ì No he vivido en vano ì 
Douglas MacArthur






CUÁNTO VALE UNA HORA DE TU TIEMPO
¿Papi cuánto ganas por hora ?
Con voz tímida y ojos de admiración un pequeño recibía a su padre al término de una jornada de trabajo.
Su padre dirigió una gesto al niño y repuso.
___Mira hijo, esos informes ni tu madre los conoce. No me molestes que estoy cansado.___Pero papi, insistió___Dime por favor... ¿Cuánto ganas por hora?
La reacción del padre fue menos severa.___Pero sólo contestó___$10 pesos la hora.
___¡Papi!... Me prestas $ 5 pesos ? Preguntó el pequeño.
El padre montó en cólera y tratando con brusquedad al pequeño le dijo.___ Así que ésta es la razón de saber cuánto gano ? Vete a dormir y no molestes muchacho aprovechado.
Había caído la noche. El padre, meditó lo sucedido y se sentía culpable. Tal vez su hijo quería comprar algo. En fin, queriendo descargar su cargo de conciencia, se asomó al cuarto de sus hijo.
___¿Duermes hijo ?___preguntó el padre. ___Dime papi___contestó entre sus sueños.
___Aquí tienes el dinero que me pediste___ respondió el padre. ____Gracias papi___ contestó el pequeño, y metiendo la manito debajo de la almohada, sacó otros billetes.
___Ahora ya completé, tengo $ 10 pesos. Me podrías vender una hora de tu tiempo papito?___ Preguntó el niño...