martes, 26 de febrero de 2013

¿Cómo encontrar mi verdadera vocación?


La vocación es la inclinación a cualquier estado, carrera o profesión. El término proviene del latín vocatio y, para los religiosos, es la inspiración con que Dios llama a algún estado. Por eso el concepto también se utiliza como sinónimo de llamamiento o convocación.
A nivel general, la vocación aparece relacionada con los anhelos y con aquello que resulta inspirador para cada sujeto. Se supone que la vocación concuerda con los gustos, los intereses y las aptitudes de la persona.
La vocación también es considerada como un proceso que se desarrolla durante toda la vida, ya que se construye de forma permanente. Implica descubrir quién soy, cómo soy y hacia dónde quiero ir. Las respuestas a estas interrogantes marcarán la vocación y el camino a seguir (por elección) del  individuo.
Elegir es un arte que se relaciona con el ejercicio de la libertad. Y como consecuencia directa de una buena elección, surge el buen aroma de la autenticidad.
El ser humano no es libre, a menos que se proponga serlo. Está condicionado, por lo familiar, por su entorno, por lo social. El ser humano se “va haciendo”, construyéndose. Vivir implica el compromiso de erigirse en la autenticidad de elegir.
Pensar es elegir. Y elegir es pensar. Se piensa, se elige, se piensa nuevamente. Consecuentemente, se aprende a saber qué espacios se relacionan con la libertad de la persona que está en la búsqueda de su camino, y cuáles constituyen terreno de invasión ajena, por ejemplo la elección basada en supuestos tales como la “posible conveniencia” de seguir una carrera ejercida por un familiar, estudiar otra que esté de moda, priorizar el ingreso económico  en lugar de la propia vocación.
La libertad, la vocación, el llamado a uno mismo, requiere una tarea constructiva: saber. Esto implica “revisar”. Re-visar. Tomar todo lo visto de uno mismo y re-visarlo, re-verlo.
El tema de la vocación es sumamente arduo. Requiere un alto grado de compromiso personal. Involucrarse con el propio destino. Resulta difícil discernir entre lo que realmente queremos ser y lo que “nos “hacen ser”, contemplando posibles influencias del entorno familiar, de amigos y el contexto social.
La vara de nuestro tiempo es el éxito, el aplauso exterior, el reconocimiento del otro. Eso reafirma a algunas personas. Pero se puede ser muy exitoso realizando vocaciones ajenas y depositar el alma en el olvido de algún proyecto utópico.
El ser humano en la actualidad se enfrenta a un mar de riqueza cultural y de opciones, pero sin brújula, a la deriva. La verdadera Orientación Vocacional, la productiva y eficiente, no debería consistir en un compilado de tests. 
Debe ser enfocada con una visión integral de la persona, con pleno apoyo en la psicología, una rigurosa información sobre la multiplicidad y variedad de carreras y opciones y las incumbencias profesionales de las mismas, así como su campo laboral. La autenticidad y la seriedad son ejes básicos en el proceso de la elección vocacional. 
La persona que se busca en su vocación, en cualquier edad, se des-cubre, se devela, borra velos de frases hechas, creencias sociales, mandatos familiares. En consecuencia se re-vela. Finalmente se descubre “de verdad”. 
La vocación no deja de ser una aventura. La aventura debería regirse por el orden. La aventura crea; el orden cosecha y atesora. Crecer es dejar de ser para ser “un poco más”, en movimiento constante. Se elige, se crece, se “es”. 
Vocación Profesional: Henry Ford, una vocación bien definida
Henry Ford, el magnate del automóvil, nació en una humilde granja de los Estados Unidos. Cuando de niño venía de la escuela, su sitio favorito era estar junto al fuego de la cocina. Y allí se pasaba horas y horas entretenido en desarmar un reloj y en armarlo otra vez. Quería ser relojero.
Siendo adolescente, empezó a hacer toda clase de experimentos de física, por eso, no consentía que se tirara nada a la basura, ni siquiera un cuchillo rolloso, ni una lata de conservas.
En una ocasión, construyó una represa con el fin de probar la fuerza del agua, pero la hizo tan sólida que los campos vecinos se anegaron y el padre tuvo que pagar una buena suma de dinero. Su madre decía, toda apenada: "Es un excéntrico, cualquier día saldrá fabricando una máquina".
Henry Ford cobró gran afición a la mecánica. Se metió por todos los talleres y buscaba que le explicaran el funcionamiento de las máquinas y motores. Cuando iba a la ciudad, acompañado de su padre, era para él un día de fiesta detenerse en los comercios y ver en sus escaparates la maquinaria que se ofrecía en venta.
Un día, oyeron un estrépito horroroso en la carretera: salieron los vecinos,  entre ellos Henry Ford, y vieron todos un automóvil en que el conductor tuvo que moderar la marcha para no espantar los caballos. Entonces apenas había automóviles. El muchacho se acercó al conductor y comenzó a hacerle mil preguntas. Aquél no tuvo más remedio que contestar explicándole todo el mecanismo del automóvil. Henry Ford, entonces, se fabricó un coche de madera, y por motor puso una lata vacía. Cuando cumplió los dieciséis años quiso ir a trabajar a Detroit. El padre quería que fuera granjero como él, pero el muchacho, obstinado, quería estudiar Ingeniería en una de las fábricas de Detroit. Se colocó en un taller y trabajó con tal diligencia y entusiasmo que parecía ser el dueño del negocio. Cuando regresaba a la casa de huéspedes se quedaba estudiando hasta la madrugada libros de ingeniería mecánica.
Quedó sin colocación. Y un día entró en un taller pidiendo trabajo. El dueño le dijo que no tenía trabajo para él. En aquel instante el jefe del taller estaba entregado al arreglo de un viejo motor. Henry Ford echó una ojeada al motor, lo observó bien y comenzó al instante a arreglarlo y el viejo motor funcionó de maravilla. El dueño tomó a Ford como especialista de motores, pagándole 45 dólares.
Ford contrajo matrimonio y se fue con su esposa a vivir a Detroit. En las horas libres se encerraba en un cobertizo y trabajaba haciendo experimentos hasta la madrugada. Por fin, una noche en que llovía torrencialmente, le hizo a su esposa levantarse de la cama y le dijo que viniera con un paraguas. Fueron los dos al cobertizo. Tenía un motor de dos cilindros. La señora Ford estaba emocionada. La puerta se abrió y salió el coche a la calle y partió. Los vecinos empezaron a reírse. Al cabo de un rato Ford regresó con el coche. Marido y mujer se abrazaron emocionados. Habían triunfado.
Un poco más tarde. Henry Ford fundó una sociedad para explotar la industria del automóvil en la ciudad de Detroit. El primer año vendió 1,700 coches. En 1914 fabricó 300,000 automóviles. Y en 1915 realizó el sueño de su niñez: fabricar tractores para la agricultura.
Henry Ford traía, desde niño una vocación clara y fija: la mecánica, la ingeniería y, por tanto, se veía lo que iba a ser: un mecánico genial y un hombre emprendedor de la industria del automóvil. Cuando Ford murió era uno de los más poderosos magnates del automóvil.
“Cuando pienso en mi vocación no temo a la vida”.
Antón Pávlovich Chéjov



Fuentes: ¿Cómo encontrar mi verdadera vocación? Autor: Marisa Mason. http://www.enplenitud.com
Henry Ford, una vocación bien definida.  Autor: Gabriel Marañon Baigorrí. http://encuentra.com

lunes, 18 de febrero de 2013

Nuestras máscaras


Atraes gente que no es la indicada para ti.  Ya te ha sucedido antes: conoces a alguien, te sientes inmensamente atraído o atraída hacia ese ser, y luego de un tiempo te preguntas, ¿qué hago aquí?  Huyes sigilosamente, desapareces sin dejar rastro… ¿no es hora de que te quites la máscara de una vez?
Eres una persona a quien los que lo rodean describen de una manera que no te es demasiado familiar.  Parcializan tu personalidad y sólo destacan algunos aspectos que no son tan exactos, según tu punto de vista, aunque de alguna manera pareciera que tienen un remoto dejo de realidad.
Lo real es que eres hipersensible, a un grado tan extremo de volverte vulnerable.  Ante tanta desprotección, creas una fachada que tapa las partes que podrían generarte algún tipo de dolor.  De esta manera te desarrollas en la sociedad en carriles que ya conoces y que has probado una y otra vez, por lo cual te dan seguridad.  Crees que te encuentras a salvo.
Para no correr riesgos utilizas una máscara (yo lo llamaría también caparazón) que es bien distinto a como realmente eres: simple y vulnerable.  No sueles mostrarte de esta manera, ya que consideras que si la gente descubriera cómo eres en el fondo de tu corazón, no tolerarías ni la exposición ni el altísimo nivel de vulnerabilidad que te conecta a la realidad en la que vives.
¿Podrías soportar que alguien rechace o no quiera a quien realmente eres?  Tu mejor defensa es mostrar máscaras, y de esta manera intentas paliar el efecto de un rechazo.  Esta fachada levanta paredes infranqueables entre las personas, ya que antes de entablar una relación el boicot ya se ha activado, y la posibilidad de una conexión emocional, también.
¿Qué sucede entonces?  Tú eres el que hiere primero, antes que aparezca la remota posibilidad de que te hieran a ti, y abandonas, mientes, engañas.  No es un mecanismo consciente, ya se ha instalado en tu subconsciente, y esta situación se repite ante estímulos similares.
Además, tu máscara cumple otra función: atraes gente que se ve seducida por esta fachada que has inventado, y no por quien realmente eres.  Incluso, probablemente acostumbras buscar parejas para paliar la soledad que te abruma, gozando de compañía – por lo general ocasional – para que llene el vacío que se produce al no poder dejar emerger tu verdadera personalidad.  Prefieres relacionarte desde este lugar y no desde el interés genuino en quien busca una conexión emocional contigo.
De este modo, ya sabes de antemano que nunca llegarás a algo concreto con tus parejas, sean ocasionales o con algún rasgo de estabilidad.  Eliges continuar en la misma tesitura, para minimizar (a veces infructuosamente) la posibilidad de sufrir.
Pero, ¿qué sucede cuando la máscara es aceptada?  Se produce un conflicto aún mayor y te frustras, ya que no te quieren a ti por la persona valiosa que eres, sino a la fachada que has creado.  Sin embargo, cada tanto aparece alguien que lee a través de todas tus máscaras, que logra una empatía muy especial contigo, y se conecta con tu vulnerabilidad y tus emociones más íntimas.  Esto te deja desprotegido e indefenso, sin saber qué hacer o cómo reaccionar, ya que en este caso los mecanismos de defensa inconscientes que venías activando no surten efecto.
A estás alturas, déjame decirte que quien hiere primero, hiere dos veces: a la otra persona por el maltrato o el abandono injustificados, y por consiguiente… a ti mismo, ya que sientes que has herido a quien no lo merecía.  Además, caminas por un sendero muchas veces transitado.  Parece un círculo cerrado, ¡pero no lo es!
Puedes deshacerte de tus máscaras si verdaderamente lo deseas.  La oportunidad de cambio hacia relaciones más gratas y saludables está en tus manos, sólo depende de ti decidir que ha llegado ya el momento oportuno para dejar las máscaras atrás y dejar que tu personalidad fluya.
Las máscaras y sus roles
Si miramos con cuidado nuestro comportamiento, nos daremos cuenta de que jugamos roles distintos a lo largo de nuestra vida.  Cumplimos con el rol de hijo, de padre, de hermano, con un rol laboral, con un rol de amigo, vecino, amante y todo lo que se les pueda imaginar.  En cada personaje nos desenvolveremos de una manera distinta, porque no le hablaremos a nuestro jefe de la misma manera con la que hablaríamos con nuestro padre.  Los roles son necesarios y existen para marcar jerarquía, marcan diferencia, cierto orden.  Nosotros desplegaremos distintos aspectos de nuestra personalidad para comunicarnos de determinada manera con nuestro interlocutor, es lo que sucede, ahora…¿qué ocurre cuando no estamos mostrando nuestra personalidad, sino lo que los demás esperan de nosotros?  Es ahí cuando nuestras máscaras entran en acción, en vez de simplemente comportarnos como la hija que queremos ser, comenzamos a ser lo que nuestros padres quieren, desplazando por completo nuestros propios deseos. Deseamos ser un tipo de esposa, pero nuestra personalidad no es lo suficientemente agradable para el otro, así que nos convertimos en lo que nuestro marido anhela, nos dejamos moldear según sus caprichos y casi sin darnos cuenta. Es aquí cuando no estamos jugando con la complejidad exquisita de nuestra personalidad humana, sino que nos convertimos en máquinas de brindarle satisfacción a los demás y creamos nuestras propias máscaras, intercambiables de acuerdo a la situación que nos encontramos, máscaras que nos confunden a nosotros mismos y, que a la vez, intentan aplastar lo que somos en realidad.
Otra razón por la cual podemos adoptar distintos personajes, es porque no tenemos en claro quiénes somos. En la adolescencia, cuando vamos moldeando nuestra personalidad y experimentando cómo queremos ser, es usual ver a los jóvenes cambiando constantemente.  En este caso es algo saludable, ya que están experimentando para sentirse más cómodos, intentando descifrar sus ideales, su carácter, empujados por la curiosidad y no por las demandas de los demás.  Si se cuenta con un buen ambiente familiar, un lugar donde se habilite a los adolescentes a buscarse a sí mismos sin prejuicio y desde la paciencia y el amor, podrán encontrar su propio rumbo de manera natural y sin mayores problemas.
El aprovechar nuestros distintos rasgos de personalidad puede convertirse en una experiencia muy enriquecedora.  Cuando lo hacemos por las razones correctas estaremos aprovechando las herramientas que poseemos para brindarle a cada conversación, cada encuentro, un toque diferente.  Aprender a utilizar nuestras habilidades, discernir cuando brillar o cuando callar, cuando ser el alma de la fiesta o cuando escuchar, nos hará sentir satisfechos con nuestras habilidades sociales; recuerden que un vínculo social estable y agradable es uno de los ingredientes requeridos para ser feliz.
Vivir para agradarle a los demás es una tarea más que imposible.  Piensen que cuando están haciendo feliz a alguien con su actitud, pueden estar haciendo sentir mal a otra persona; los demás no pueden tener el poder de convertirse en los termómetros de nuestra personalidad. Si solamente nos guiamos por los caprichos de los otros, nuestra personalidad comienza a tambalearse, nuestros pilares se derrumban y quedamos a merced de los otros, como si fuéramos muñecos sin vida con el cual todos pueden hacer lo que les plazca.
Ser fiel a un mismo es el mejor regalo que podemos brindarnos, saber qué queremos nos servirá como faro en un mar de gente cambiante. Debemos ser fiel a nuestros ideales, nuestras creencias, nuestras metas, no importa que el mundo esté en nuestra contra siempre y cuando estemos siendo felices y no haciéndole daño a nadie (ni a nosotros mismos). Quítate la máscara, libérate de las ataduras y comienza a ser tú a tu manera, no hay nadie mejor para descifrar quién eres y qué quieres de la vida… de tu vida.
¿Estás listo (o lista) para dejar caer tus máscaras?
Las máscaras del hombre por Emilio Arnao
El hombre, en un sentido estricto no es natural, sino artificial, como ya indicaba Baudelaire, es por eso que suele derivar los índices de su vida hacia unos compromisos que nada tienen que ver con un mundo sentimental y honesto, en todo caso, reprimido y batallador. Los hombres que están reconducidos por esta energía de los tiempos modernos no quieren dejarse ver ante los demás, no desean que se les vea sus debilidades, sus malas épocas, sus tristes perros, sus dolores que les llegan por falta de vida interior. Es por eso que producen lo que yo vengo a llamar la representación de la máscara. El hombre es una máscara, como ya viera Larra, que juega a ser hombre, sin detenerse en el falseamiento del mundo que eso produce. Con máscara, el hombre es menos hombre, en todo caso, se trata de un espejismo, de una vuelta de vals, de un hijo de arcilla, de un mecanismo de falsa identidad. En los bares, en las discotecas, en las empresas, en los restaurantes, en los clubs privados, allí donde se produce el encuentro de la gente insincera, hay representación, teatralismo, Moliére y risa tonta. Pero ¿dónde queda la verdad de las cosas?, ¿dónde estriban los momentos en que verdaderamente el personal debería desenredarse en la sencillez y en la elocuencia para beneficiarse de los grandes instantes que ofrece la vida?, ¿no sería más cómodo para todos ser un poco más éticos con nosotros mismos? Está claro. No queremos que se nos vea. Somos, en el fondo, unos tímidos desgraciados. Adelgazamos quilos a diestro y siniestro, mientras cae la lluvia, cuando aparentamos como de otro modo no somos. Suplantamos nuestra acaudalada personalidad, la cual se tricota contra las manos de las rocas. Interpretamos el tiempo en que ya hemos dejado de existir, porque, mientras fingimos, ya no somos nosotros, en todo caso, navegantes al pairo de un mar pintado por Ronald Kital. Somos escenificadores de nuestra propia sublimidad, en la cual creemos, pero de la cual, muy a pesar nuestro, no estamos satisfechos. Sustituimos la harina por el pan. Protagonizamos una cinematografía invisible en la que sólo se desarrolla nuestro propio personaje, lo demás no sale, no existe, no aparece en pantalla, nadie lo ve. Reproducimos el amor que nos tenemos a nosotros mismos con la alianza de nuestro cardinal odio. En realidad somos nuestros propios odiadores. Y ni siquiera lo sabemos. Al salir cada mañana a la calle, después de desayunar una comedia de teatro, nos ponemos la máscara y nos dedicamos a creer que lo que hacemos es irrumpir en el ritmo triunfal de la modernidad. Pero la modernidad, ah de la casa, ya es la tragedia.
Fuentes:

lunes, 11 de febrero de 2013

Locus de control internos frente a locus de control externos


¿Sabes qué es el Locus de Control?
La Teoría del Aprendizaje Social de Rotter (1981), explica la conducta humana en términos de una continua interacción entre los determinantes cognitivos, conductuales y ambientales. Esta teoría otorga una función importante a las expectativas de control del reforzamiento a través del concepto Locus de Control.
Cuando un sujeto percibe que un determinado evento reforzador es contingente con su propia conducta, esto es, considerar que ejerce influencias importantes sobre el curso de su propia vida, se dice que tiene un control interno del refuerzo; si por el contrario, un sujeto percibe un refuerzo como una consecuencia indirecta de su comportamiento y posee la creencia de que estos acontecimientos están determinados por fuerzas externas fuera de su alcance, tal como la suerte o el destino, se dice entonces que tiene un control externo del refuerzo.
El concepto de Locus de Control se refiere al grado con que el individuo cree controlar su vida y los acontecimientos que influyen en ella. En términos generales, constituye una expectativa generalizada o una creencia relacionada con la previsibilidad y estructuración del mundo.
Se ha señalado que se puede considerar que el mayor o menor control conductual percibido está formado por dos elementos, uno interno orientado a la auto-dirección, y otro externo, correspondiente a factores ajenos al sujeto, orientados a otras personas, o al azar, y que dificultarían o facilitarían, la realización de la conducta que permite obtener o eliminar premios o castigos. En este sentido el, locus de control es una relación entre la conducta del individuo y las consecuencias de ésta.
Rotter en su Teoría del Aprendizaje Social expresa que se pueden distinguir tres tipos de individuos:
Los Internos, que creen que el mundo es ordenado y sienten que tienen control sobre los acontecimientos que les suceden.
Los Externos "otros", que creen que el mundo es ordenado, pero otras personas, a las que consideran más poderosas, son las que tienen control sobre sus acciones.
Los externos "suerte", que creen que el mundo es desordenado y ni ellos ni nadie puede hacer nada para cambiarlo y que por lo tanto dependen de la suerte, el azar o el destino.
Se ha calculado que un buen setenta y cinco por ciento de la gente en nuestra cultura tienen una orientación de personalidad más externa que interna. Esto quiere decir que es muy probable que tú encajes en esta categoría con mayor frecuencia que en la otra.
¿Qué quiere decir ser “externo” en tu locus de control? En esencia ser “externo” quiere decir que tú responsabilizas de tu estado emocional, en tus momentos presentes, a alguien o algo externo que está fuera de ti mismo. Si te preguntaran: “¿Por qué te sientes mal?” y tú contestaras con respuestas como: “Mis padres me tratan mal”, “Ella me ofendió”, “Mis amigos no me quieren”, “No tengo suerte” o “Las cosas no van bien”, ello significaría que estás dentro de esta categoría externa. Y por lo mismo, si te preguntaran por qué eres tan feliz y tú contestaras: “Mis amigos me tratan bien”, “Mi suerte ha cambiado”, “Nadie me está fastidiando” o “Ella se arriesgó por mí,” querría decir que aún estás dentro de un marco de referencia externo atribuyéndole la responsabilidad de lo que tú sientes a alguien o algo que está fuera de ti.
La persona que tiene un “locus” de control interno es la que coloca firmemente sobre sus propios hombros toda la responsabilidad por lo que él mismo siente, y este tipo de persona es muy rara dentro de nuestra cultura.
Al hacerle ese tipo de preguntas, contesta con respuestas interiormente dirigidas como: “Lo que me digo a mí mismo es un error”, “Le doy demasiada importancia a lo que dicen los demás”, “Me preocupa lo que pueda decir la demás gente”, “No soy lo suficientemente fuerte para evitar ser desgraciado” y “No tengo habilidad suficiente para impedirme a mí mismo el no ser desdichado”.
Del mismo modo, cuando la persona con coherencia interior está en buena situación contesta con referencias que empiezan con un “Yo” o “A mí”, como por ejemplo: “Yo trabajé duro para ser feliz”, “Yo he logrado que las cosas me funcionen”, “Me estoy diciendo a mí mismo cosas positivas”, “Yo soy responsable de mí mismo y es aquí donde quiero estar”.
En relación a esto, sólo una cuarta parte de la gente asume la responsabilidad de sus propios sentimientos , el resto le echa la culpa de los mismos a causas externas.
¿Dónde encajas tú?
Virtualmente todas las normas y las tradiciones son impuestas por fuerzas externas, es decir que provienen de algo o alguien que se encuentra fuera de ti mismo. Si estás recargado de “debes” y eres incapaz de romper con los convencionalismos prescritos por los demás, entonces quiere decir que estás en el grupo de los “externos”. En otras palabras, casi todas las personas tenemos un locus de control externo porque culturalmente así se nos ha educado desde muy pequeños. No es raro escuchar que al pequeñín cuando está aprendiendo a caminar y se pega con un mueble o se cae, se le diga: “Mala silla, vamos a pegarle porque le pegó al niño”. Quizá la intención sea buena y se trate de distraer al niño ante el golpe; sin embargo, la pregunta es: ¿tiene vida la silla y fue a golpear al niño, o de repente camino sola y se puso justo enfrente de él para que tropezara?
Partiendo del concepto de locus interno y externo, es probable que lo más sano sería dejar llorar a la criatura, consolarla, y cuando esté más tranquila, mostrarle con qué se golpeó, explicarle y enseñarlo a tener más cuidado.
La Dra. Graciela E. Prepelitchi, Palermo, Buenos Aires, Argentina, nos da otro ejemplo de esto:
La actitud de una paciente que vino a verme hace poco es un excelente ejemplo de este tipo de pensamiento externamente dirigido. La llamaremos Bárbara. Su mayor problema era la obesidad, pero también tenía una cantidad de pequeñas carencias y conflictos. Cuando empezamos a hablar de su problema de exceso de peso, ella me dijo que siempre había sido demasiado gorda porque tenía un problema de metabolismo y porque su mamá la había obligado a comer cuando pequeña. Según Bárbara, el cuadro de sobrealimentación continuaba en la actualidad porque su marido no se ocupaba de ella y sus niños eran muy desconsiderados. Ella lo había probado todo: “Vigilantes del Peso”, píldoras, una serie de médicos especialistas en dietética, incluso, la astrología.
El tratamiento de psicoterapia conmigo sería su última tentativa. Si yo no lograba hacerla perder peso, me dijo, nadie lo lograría.
Tal como Bárbara contaba su historia y analizaba su propio dilema no me sorprendió que no pudiera perder aquellos kilos indeseables. Todo y todos conspiraban contra ella: su madre, su marido, sus niños, incluso, su propio cuerpo y las estrellas. El “Vigilante del Peso” y los médicos especialistas podían ayudar a personas menos problemáticas, pero en el caso de Bárbara las desventajas eran demasiado grandes.
Bárbara era un ejemplo clásico de pensamiento externo. Su madre, su marido, sus hijos, y una parte incontrolable de su propio cuerpo, eran los responsables de su gordura. Ésta nada tenía que ver con sus propias elecciones de comida, de comer demasiado y en ciertos momentos. Además, sus tentativas para aliviar esta situación eran dirigidas hacia el exterior, así como también lo eran sus percepciones del problema en sí.
En vez de reconocer que era ella la que había elegido comer demasiado en el pasado y que tendría que aprender a hacer nuevas elecciones si quería perder peso, Bárbara recurría a otra gente u otras cosas; las convenciones aceptadas por la sociedad para los casos de necesidad de pérdida de peso.
Cuando todos sus amigos optaron por ir a los “Vigilantes del Peso”, Bárbara fue también. Cada vez que uno de sus amigos descubría un nuevo médico especialista en problemas de obesidad, Bárbara era la primera en acudir a él para pedirle ayuda.
Al cabo de varias semanas de tratamiento, Bárbara empezó a reconocer que su infelicidad y sus problemas eran producto de sus propias elecciones y no de las actitudes de los demás. Empezó reconociendo que simplemente comía demasiado, más de lo que realmente quería algunas veces y que no hacía suficiente ejercicio.
Como primera medida, decidió cambiar sus hábitos alimenticios exclusivamente con autodisciplina. Aprendió que podía manipular su propia mente y eligió hacerlo. Decidió que la próxima vez que tuviera hambre se gratificaría a sí misma con pensamientos sobre su propia fuerza interior en vez de comerse una galleta. En vez de echarles la culpa a su marido e hijos por comer demasiado, impulsada a ello por lo mal que la trataban, empezó a ver que se había estado haciendo la mártir durante años implorándoles virtualmente para que la explotaran. Desde que Bárbara empezó a exigir que la trataran bien, descubrió que su familia estaba deseando hacerlo, y en vez de buscar consuelo en la comida, encontró gratificación y plenitud en relaciones basadas en amor y respeto mutuos.
Bárbara decidió, incluso, pasar menos tiempo con su madre, quien a su entender, dominaba su vida arruinándola con un exceso de comida. Cuando Bárbara reconoció que su madre no la dominaba y que podía verla cuando quisiera, no cuando su madre decía que debía hacerlo e igualmente que ella no tenía que comerse ese trozo de pastel de chocolate simplemente porque su madre decía que debía comérselo, empezó a disfrutar de los momentos que pasaban juntas en vez de molestarse.
Finalmente Bárbara se dio cuenta de que la terapia no tenía nada que ver con nada que estuviera fuera de ella misma. Yo no podía cambiarla. Ella tenía que cambiarse a sí misma. Esto tomaría su tiempo, pero gradualmente con gran esfuerzo Bárbara cambió sus “debes” externos por normas internas basadas en su propio criterio. Ahora no sólo está más delgada sino que es también más feliz. Ella sabe que no es feliz por su marido, ni por sus hijos, ni por su madre ni por las influencias astrales. Sabe que se lo debe a sí misma pues ahora es ella quien controla su propia mente.
Los fatalistas, los deterministas y la gente que cree en la suerte están en el grupo de los externos. Si tú crees que tu vida ha sido planificada para ti de antemano y que sólo necesitas caminar por los caminos adecuados, quiere decir que estás bien provisto de todos los “debes” que sirven para mantenerte dentro de tu mapa de caminos previamente trazados.
Nunca lograrás tu propia realización si persistes en dejarte controlar por fuerzas externas.
El ser eficiente y positivo no implica la eliminación de todos los problemas que se te presentan en la vida. Lo que sí implica e importa es el mover el locus de control del exterior al interior. De esa manera te responsabilizas tú mismo, personalmente, de todo lo que experimentas emocionalmente.
Tú no eres un robot que manejas tu vida por control remoto, un control lleno de reglas impuestas por otras personas y por reglamentos que no tienen sentido para ti.
Tú puedes analizar más detenidamente estas “reglas” y empezar a ejercitar un control interno sobre tu propio pensamiento, tus propios sentimientos y tu propio comportamiento.
Fuente:
http://centinela66.wordpress.com: Material enviado por la Lic. Graciela E. Prepelitchi –Palermo – Buenos Aires – Argentina
www.psicologosclinicos.com

martes, 5 de febrero de 2013

Más allá del Currículum Vitae… La Marca o Branding Personal


¿Qué es el Branding Personal?
Branding personal es el proceso de definir con precisión qué nos hace diferentes, y como esa diferencia se traduce en un beneficio relevante para nuestra clientela o audiencia, al lograr comunicárselos de manera clara, concisa y efectiva.
El branding personal nos permite romper el paradigma tradicional de tener que adaptarnos a las diferentes oportunidades que se nos presentan (llámese un empleo o un proyecto), y nos da la pauta para saber si esas oportunidades son realmente compatibles con nosotros.
Un proceso de branding personal bien ejecutado hará que las oportunidades correctas vengan a nosotros en lugar de nosotros tener que perseguirlas.
El branding personal implica también actuar con una visión a largo plazo. No podemos reinventarnos todos los días. Cada una de nuestras acciones contribuye a que acumulemos (o perdamos) brand equity, y sus consecuencias se dejarán sentir por mucho tiempo.
Branding Personal: Un Poco de Historia
El concepto de branding personal no es nuevo, aunque muchas veces es confundido con conceptos parecidos, como: reputación, experiencia y personalidad.
Fue el autor norteamericano Tom Peters, en su ya clásico artículo, The Brand Called You (aparecido en la revista Fast Company en Agosto de 1997), el primero en definirlo formalmente.
En su artículo, Peters afirma que la única manera de lograr diferenciarnos como profesionales en un mundo cada vez más competitivo es manejando nuestra carrera como las grandes empresas manejan las marcas de sus productos.
Una de las primeras preguntas que surge cuando uno resalta la importancia de crear una marca personal y participar activamente en las redes sociales es: ¿Para qué? ¿A quién le importa mi opinión, lo que me gusta, o lo que estoy haciendo?
Pues, a todos…
Vivimos en una época en que los atributos técnicos, si bien siguen siendo importantes, ya no son suficientes para diferenciarnos. Probablemente hayan, sólo en tu ciudad, miles de profesionales (dentistas, abogados, contadores, etc.) técnicamente capacitados para hacer su trabajo bien.
Esta abundancia de opciones nos da la prerrogativa de trabajar sólo con personas que compartan nuestros valores, nuestras aficiones, nuestras prioridades y nuestra manera de ver las cosas (personas que, como se dice comúnmente, “nos caigan bien”).
Nuestra personalidad y nuestras experiencias personales son la sazón que le da al plato de nuestra marca personal su sabor único y característico.
El exceso de formalidad, y la separación de la vida profesional de la personal son cosa del pasado. Lo que la gente quiere saber para trabajar contigo es quién eres realmente, y cuáles son tus historias.
Los blogs y las redes sociales (los llamados social media) han roto las barreras de entrada que nos separaban de nuestro mercado objetivo. Estas herramientas (muchas de ellas gratuitas o de bajo costo), han permitido que quienes éramos antes simples espectadores ahora podamos tomar control del escenario.
Los medios tradicionales como los diarios, la televisión y la radio ya no son la única manera en que podemos consumir y diseminar información.
La publicidad tradicional atraviesa por una grave crisis de credibilidad, y con justa razón. Nada más cabe plantearse la pregunta: ¿Qué tiene más peso: lo que tú digas de ti mismo, o lo que otros digan de ti?
La respuesta es obvia, y explica por qué cada vez menos gente depende de la publicidad para tomar una decisión de compra, y cada vez más se dejan llevar por las recomendaciones de amigos, mismas que han sido potenciadas, exponencialmente, por las redes sociales.
El Poder de los Blogs y las Redes Sociales
Gracias a los blogs ahora contamos con una plataforma de alcance global e instantáneo para expresar y difundir nuestras ideas, así como también interactuar con quienes nos visitan. Un blog es quizás la mejor herramienta disponible para comunicar nuestra marca personal.
Redes como LinkedIn permiten relacionarnos con otros profesionales y construir nuestra red de contactos de una manera fácil y rápida. Por medio de LinkedIn podemos acceder a oportunidades que de otra manera no se nos hubiesen presentado.
A través de YouTube podemos tener un canal propio para difundir nuestras ideas, presentaciones, entrevistas y comentarios. Slideshare nos permite compartir presentaciones con nuestra audiencia.
Otras herramientas importantes para comunicar tu marca personal son Twitter, para compartir enlaces y opiniones breves, y Facebook, para compartir comentarios, fotografías, videos y aplicaciones, o para construir una página para nuestra empresa, producto o servicio.
Las posibilidades que nos brinda la Internet para construir y comunicar nuestra marca personal están limitadas sólo por nuestra imaginación y por el tiempo y esfuerzo que deseemos invertirle.
Uso del Currículum Vitae es importante más no suficiente
Si bien todavía es necesario, el currículum vitae ya no es suficiente. En estas épocas, una estrategia de branding personal que no aproveche las poderosas herramientas que nos brinda la Internet está condenada al fracaso.
Hoy, si no estás en Google no existes.
65% de los usuarios de Internet confían en un motor de búsqueda para conseguir la información deseada: ¿Qué encontrarán cuando escriban tu nombre? ¿Qué encontrarán cuando escriban tu especialidad y tu ciudad? ¿Te encontrarán, o encontrarán a tus competidores?
Si bien hay muchas maneras de influenciar éticamente los resultados de un motor de búsqueda, una de las más comunes es registrar tu dominio y crear una página web sencilla. También es muy efectivo llenar perfiles en las principales redes sociales, y llenar un perfil en Google. Estos perfiles tienden a ser muy bien catalogados por los motores de búsqueda.
Comunicando Tu Marca Personal
Las mejores marcas personales son capaces de comunicar lo que representan en muy pocas palabras. Un ejemplo es el candidato (y hoy presidente de los Estados Unidos) Barack Obama quien logró definirse con una sola palabra: Cambio (Change).
Una manera efectiva de comunicar tu marca personal es a través de una declaración de misión.
Contrariamente a lo que ocurre en el mundo corporativo, donde la declaración de misión es por lo general una insulsa colección de clichés acuñados por algún gurú de moda, la declaración de misión puede ser una herramienta muy útil si se redacta con pocas palabras simples.
Por ejemplo “lograr que de cada dos alumnos uno vaya a la universidad” es una declaración de misión mucho más poderosa que “sinergizar” esfuerzos para que mediante el uso de tecnología de punta maximicemos el potencial intrínseco del educando”.
Otra herramienta muy útil es la llamada “frase de elevador”, una especie de comercial para tu marca personal que debes poder exponer en alrededor de 15 segundos. Con esta corta frase debes poder presentarte (dar tu nombre); explicar a qué te dedicas; cuál es el valor de lo que ofreces o qué te hace especial y diferente; y sugerir un próximo paso (que podría ser, simplemente, la manera de comunicarse contigo).
Es útil también confeccionar una lista de tres a cinco adjetivos que te definan. ¿Qué palabras quisieras que vengan automáticamente a la mente de todos aquellos que escuchan tu nombre? Piensa en adjetivos con connotaciones positivas y que establezcan una diferencia importante.
En Favor del Branding Personal
Hay quienes dicen que el branding personal es un enfoque simplista que ignora la complejidad de nuestra condición humana y nos reduce a la categoría de objetos.
Nada podría estar más lejos de la realidad.
Esa complejidad, mezcla única de nuestros talentos, valores, relaciones, experiencias y preferencias personales es precisamente lo que nos hace diferentes. No se trata entonces de ignorar nuestra complejidad, sino de definirla de tal manera que nos ayude a comunicar el valor que solamente nosotros podemos ofrecer.
No asumir la responsabilidad de construir nuestra marca personal es dejar que se nos defina a través de descripciones de trabajo genéricas e impersonales, y que nos convirtamos en commodities (mercancía).
LOS 20 ERRORES EN UN CURRÍCULUM VITAE QUE HARÁN QUE NO TE CONTRATEN  por Luis Alberto Luna Reyes
La importancia del Currículum Vitae es trascendental en nuestra búsqueda de empleo, ya que contiene toda nuestra marca personal y esfuerzos en un documento, digital o físico. Resaltar nuestras fortalezas se torna clave para conseguir nuestros objetivos.
He aquí los 20 errores más comunes:
1.-ERRORES TIPOGRÁFICOS Y DE ORTOGRAFÍA
Posiblemente la forma más fácil de que un consultor de reclutamiento y selección descarte su currículum es, al hallar errores en la ortografía. De acuerdo a ResumeBear, 84% de las hojas de vida se va a la basura al detectar uno o dos errores ortográficos. Lo que refleja éste error, es que el candidato no tiene el suficiente interés antes de enviar un email o presentarse a una entrevista como para revisar detenidamente lo que escribe, lo que automáticamente será visto como una falta de compromiso sobre si mismo.
2.-CENTRARSE EN LAS RESPONSABILIDADES EN LUGAR DE LOS LOGROS
Una adecuada mezcla para hablar de uno mismo es denotando las responsabilidades pero también los logros de aquellas actividades.  Cuando una persona elige poner sólo responsabilidades como: “fui encargado de mi área con un total de 8 empleados” se puede interpretar como si el candidato no tuviera logros de peso en su trabajo.
Para completarlo de manera correcta podemos pensar en el acrónimo SAR (Situación, Acción y Resultados) para tener una frase como: “Encargado del área de Logística, implementando procesos de mejora continua y aumentando en 20% la eficiencia de los almacenes”.
3.-DAR MÁS IMPORTANCIA A LA LONGITUD QUE AL CONTENIDO
Muchas personas que buscan empleo tienen la mentalidad de que poner más es mejor. A diario vemos Currículums inmensos con información de poca calidad y que dificulta encontrar lo realmente importante. Aunque mucha gente con demasiada experiencia está en contra al argumentar que es difícil no extenderse debido a tantos años de logros, su currículum debe limitarse a contener los puntos esenciales a fin de transmitir su punto o “expertise” principal.
No existe una regla en cuanto al número de hojas que puede ocupar, pero recomendamos no extenderse a más de dos, ya que será más sencillo para el reclutador encontrar lo que necesita para analizar si cumple con los requisitos a un puesto ofertado, la extensión debe ser de acuerdo a tu experiencia. La razón principal de las entrevistas es precisamente para profundizar en la experiencia y los logros de una persona, elabore un Currículum Vitae que de pauta para conocer más de su valor.
4.-TENER UNA DIRECCIÓN DE  EMAIL INAPROPIADA
Entendemos que muchas personas tienen su cuenta de correo desde hace mucho tiempo, incluso desde la adolescencia donde eligieron correos como “sexy86@hotmail.com”  o “elgato_2258@gmail.com”. Usted debe preocuparse por estos detalles y tener un correo profesional que impulse aún más su marca personal. Imagine por un momento la impresión que causa ver un correo como los mencionados ante uno totalmente profesional.
5.-NO ADAPTAR TU CURRÍCULUM A CADA DESTINATARIO O TIPO DE EMPLEO
Es muy bueno tener un Currículum general que describa nuestra vida laboral y experiencia, es aún mejor adaptarlo a cada puesto al que queremos postular. Por ejemplo si somos expertos en distintos lenguajes de programación pero aplicamos para un puesto en específico en “Java”, debemos adaptar nuestro CV para destacar los proyectos que tengamos en este lenguaje. Adaptar nuestra hoja de vida nos dará más posibilidades ya que está personalizado para ese puesto, de aquí es que deriva la importancia de elegir bien a las vacantes que aplicamos y las empresas en las que queremos trabajar.
Es un error no adaptarlo a cada destinatario ya que nos veremos en desventaja frente a otros candidatos que si lo hacen.
6.- INCLUIR ABREVIATURAS, TÉRMINOS DIFÍCILES DE ENTENDER Y TECNICISMOS
De acuerdo a información publicada en el Blog de “Soy Mi Marca”, el tiempo medio de lectura de un CV es de 20 segundos, incluir demasiados tecnicismos o abreviaturas hará que este tiempo se reduzca al intentar descífralo y perderás la oportunidad de lograr que seas seleccionado. Estructura tu currículum para que tenga una lectura fluida y clara.
7.-INCLUIR DEMASIADOS TELÉFONOS DE CONTACTO O NO INCLUIRLOS
La limpieza visual en su Currículo debe de ser una parte primordial de su elaboración, incluir demasiados teléfonos confundirá o tal vez irritara al empleador, opta por tener un teléfono donde estés disponible en horario laboral y puedas estar pendiente de él. Pasa incluso muchas veces que el candidato no incluye ningún teléfono y es imposible localizarlo.
8.-DAR INFORMACIÓN CONFIDENCIAL
Con la nueva ley de protección a la información, las empresas que contamos con información personal estamos obligadas a cuidar y asegurar su información, lo que incluye no compartirla. Aún con esta nueva ley toma tus precauciones, nunca sabes por donde viaja tu información, ni con quien va a parar, mucho menos si las empresas tienen el mismo nivel de ética, evitar poner sueldos, propiedades o bienes inmuebles. Quizá durante el proceso sea necesario uno o dos datos básico personales, pero ten en cuenta que se requieren cuando el proceso de selección está muy avanzado, puede ser en una entrevista o en un estudio socioeconómico. Siempre es bueno investigar a la empresa que recluta.
9.-INCLUIR INFORMACIÓN INAPROPIADA
Muchas personas para llenar su Currículum incluyen información como su peso, altura y un listado de gustos personales como su afición por su equipo favorito de fútbol. Es totalmente valido poner uno o dos pasatiempos generales, pero extenderse con información de poca importancia denota que no tiene mucho de que hablar profesionalmente.
10. EL USO DE PRONOMBRES PERSONALES (YO)
Sustituye “Yo soy el responsable del incremento de 200% de visitas en la página web” por “Incrementé en 200% las visitas en el sitio web mediante estrategias SEO y SEM”.
Usar pronombres personales puede demostrar una exaltación excesiva de logros. La sencillez es clave.
11.- NO ACTUALIZAR TU CV
Es el equivalente a decirle al reclutador  “no tengo tiempo para mi marca personal”. Evita entregar un currículo desactualizado y que hace mucho no revisas.
12.- PONER COMO TÍTULO “CURRÍCULUM VITAE”
Es repetitivo, redúndate y poco original, pasa en un 80% de los casos. Utiliza ese espacio en crear un extracto profesional mucho más conciso y sencillo. La hoja de vida o currículum vitae no necesita de un título que afirme que lo es, debe de ser tan claro para que cualquier persona lo sepa. Es mucho más impactante usar un título que comunique en forma clara tu valor como profesional y tus años de experiencia.
13.-RAZONES POR LAS QUE SALIÓ DEL TRABAJO
Decidir incluirlo es agresivo y echara abajo todo el branding y los esfuerzos de marca personal que haya realizado. Piense por un momento que leer “Salí de la empresa por que mi jefe me trataba realmente mal” es remitir al reclutador a una mala sensación.
14.- FALTA DE VIÑETAS
La mejor forma de ordenar nuestro CV es mediante viñetas. Tener grandes párrafos hará que se vea aburrido e incomprensible para el reclutador. Facilitarle las cosas ordenadamente con el uso de bullets o viñetas es una decisión acertada.
15.- INCLUIR FOTOGRAFÍAS QUE NO SON NECESARIAS
Este tema es muy delicado, en México se ha acostumbrado a pedir un CV con fotografía desde hace un tiempo, si no es un hecho incómodo para la persona que se postula, lo puede realizar, siempre a su consideración y criterio. En algunas empresas es tomado como un hecho discriminatorio, incluso en EEUU está penado por la ley. Existen trabajos en los que sí se tiene que incluir, por ejemplo en la industria de la moda, ya que ésta es su carta de presentación. Utiliza siempre tu sentido común, como mencionamos, la mayoría de las veces es un hecho que por costumbre así se estableció y no un acto de discriminación.
16.-INCONSISTENCIAS Y MENTIRAS
Los empleadores en general están plenamente capacitados para detectarlas, como fechas que no coinciden, logros no realizados, empresas para las que no trabajaste, lo que es equivalente a mentir. La honestidad es muy valorada en cualquier empresa.
17.- PRESUMIENDO EN EXCESO
Es muy bueno destacar los logros, pero no a un punto donde se note arrogancia. Uno de los puntos que para los empleadores resulta irritante es encontrarse con personas que indiquen falta de trabajo en equipo y posiblemente narcisismo. Frases como: “No podrá encontrar mejor candidato que yo”, arruinan definitivamente este documento tan importante.
18.- AUTODESPRECIO O MODESTIA
Lo contrario al punto anterior es tener excesiva modestia, para dejar paso a ocultar ciertos logros importantes, experiencia obtenida y labores con mucha responsabilidad.  Le hará parecer como una amenaza potencial para la organización, alguien al que probablemente no se le debe confiar mucho poder o autonomía.
19.- MAL FORMATO Y DISEÑO
Como ejemplos podemos mencionar  un diseño exagerado, fuentes como “comic sans”, o colores excesivos. Es recomendable siempre una letra sencilla que denote profesionalidad, funciona poner “Calibri, Arial, Verdana o Century” evita a toda costa las letras cursivas, poco legibles o caricaturizadas como “Comic Sans o Impact”. Un tamaño de letra ideal es 11 o 12 puntos.  Abusar de los colores, adornos y filigranas no impactará al reclutador, sólo restara puntos.
20.-OBJETIVO PROFESIONAL REDUNDANTE Y SIN FUERZA
La mayoría de los candidatos usa este espacio como relleno y con un contenido sin consistencia. De un paso adelante para señalar sus puntos fuertes, sus áreas donde es experto y como puede aportar un diferencial en tan solo 3 renglones. En un solo vistazo dará al empleador un punto fuerte para mirar su Currículum con detenimiento.
Fuente: http://www.cimexico.mx  (22/5/2012)