Hola,
hoy dedico este espacio de mi blog para compartirles
la enriquecedora experiencia que tuve hace un par de días, misma, que estoy
segura también lo será para ustedes debido al enorme contenido humano y de
crecimiento personal que posee.
Hace
cuatro semanas atrás, mi hija Ana Paula, fue invitada a participar en un
proyecto artístico dirigido por la profesora de teatro de la escuela. La
intención era conformar a un grupo de niños – entre 8 y 12 años – con actitudes
artísticas, semejantes a las de Timbiriche, para concursar en un programa de TV
Azteca llamado, SOY TU DOBLE.
Estando
allí, pude experimentar lo que es el mun`o del espectáculo. Conductores,
directores productores, staff, ingenieros de sonido, camarógrafos, maquillistas,
etc, atc., pero en especial, pude compartir con muchos de los protagonistas del
programa: LOS DOBLES de los artistas.
Para
los que nunca han estado en un foro de TV, déjenme decirles que es una
verdadera locura, y más aún, cuando en un área de 5 x 3 metros -que es la
asignada- deben distribuirse más de 50 personas adultas y alrededor de unos 20
niños, desde las 6:00 a.m. -hora del llamado-, hasta las 12 de la madrugada
-hora en que terminó de grabarse la emisión televisiva-. Ustedes se preguntarán…
¿Y cómo le hacen? Pues bien… después de estar ahí, y verlos, estoy convancida
de que sólo aquel que ama lo que hace y lucha por alcanzar su sueño, es capaz de
hacer esto y mucho más.
Pero
eso no es todo, para aquellos que manejamos la energía y somos sensibles a sus
frecuencias, este tipo de ambientes suelen densificarnos, es decir, nos
apachurran el alma… Y cómo no?, si el Sr Ego se paseaba a sus anchas por todo
ese lugar: Miedo, competencia, presión, orgullo, apariencia, mentiras,
soberbia, inseguridad, egocenprismo, banalidad, frustración, envidia, arrogancia… Y pare
usted de contar.
Impregnada
de todas estas emociones, me di a la tarea de buscar mi espacio en aquel Backstage (como le
suelen llamar a los trasvestidores o
parte trasera de un teatro). Una vez hallado el lugar y aceptado mi destino
-porque nada pasa por casualidad-, me dispuse a observar a los artistas: Lupita D'Alessio, Shakira, Celia Cruz (la grande y la chiquita), Alex Lora, Madonna,
Juan Gabriel (el que se parece y el que no también), Gloria Trevi, Tatiana,
Pedro, Alejandro y Vicente Fernández, los 2 Enrique Guzmán, Selena, Adele, John
Lennon, Paul McCartney, Elvis Presley (el mexicano y el importa`o de España),
Rocío Dúrcal, ha Justin Bieber (porque es mujer), el Buki, José Alfredo
Giménez, Kalimba, David Bisbal, Lucerito, Mick Jagger, Pedro Infante, Angélica María,
Espinosa Paz, Belinda, Joy, Selena Gómez, Adriana Foster, María José, Emanuel,
la Chilindrina, el niño Cristian Castro con sus 3 rositas azules que tanto
cuidaba, Alejandra Guzián, Ana Gabriel, Alicia Villarreal, Sarah Brightman, etc.
A medida que más
los veía, más me iba contagiando de sus sueños, me iba sensibilizando con sus
esencias, sus talentos y con esas ganas locas de permanecer en la final de
aquel concurso.
A mi lado, y
sentada con todo el peso del mun`o en la espalda, está una Joy de 12 años –la
que por cierto, canta divinamente- transmitiéndonos su inconformidad por unos
bucles mal hechos que, para ella, van a hacer el motivo de su descalificación.
No muy lejos de ahí, un sonriente Cristian Castro de 7 años, platica
afanosamente sobre el significado de sus tres rositas azules( sin siquiera
imaginar, que horas más tarde, sus ojitos ver`es lloraran desconsolados sobre
el escenario, al enterarse de que no es uno de los seleccionados para seguir en
la contienda infantil (esto fue muy triste). A mi lado izquierdo están Lupita D'Alessio
y Shakira compartiendo, entre susurros, sus temores y, como si fueran unas
expertas en el arte del Buddy Coaching,
las veo darse apoyo y ayudarse
mupuamente resaltando sus muchas fortalezas. Unos minutos después, hago
contacto visual con el mismísimo John Lennon. Y pienso… “Guau, es igualito”,
sin embargo, tras una conversación informal, descubro que, detrás de esa
careta, pernota un ser sencillo y carismático que, inteligentemente, ha sabido
sacarle provecho a su parecido con el ex Beatles. Sus años de amistad con
Gabriel, quien da vida a Paul McCartney, hace que la tertulia se torné intima,
haciéndoie sentir (sin serlo) parte de sus vidas.
A medida que las
horas van pasando, y mi cara se vuelve familiar, dejo de ser una intrusa sin
disfraz, para convertirme en una más de ellos. Juan Gabriel me cuenta que es de
Tabasco y que se dedica a ayudar a los niños sin hogar. Su altruismo es el propulsor
de estar en el concurso del millón de pesos, mismo( que de ganarlo, piensa
invertir en la creación de una fundación. El Elvis, made in es Spain, luce
nervioso (lo he visto fumar, un cigarrillo tras otro, en el estacionamiento),
sin embargo, no pierde detalle de nuestra conversación; felicita a Juanga y nos
comparte su angustia. Su contienda es contra Adele (favorita del programa).
Entre risas entre cortadas y palmaditas de apoyo que le damos en la espalda,
nos confiesa que, comk buen torero, se está preparando psicológicamente para ir
al matadero. En eso estoy, cuando me hago consciente de la actitud hermosa de
mis Timbiriches, quienes indiferentes e inmutables a todo lo que se esta
generando a su alrededor, permanecen en el suelo jugando cartas con otro grupo
de chiquillos que se esfuerzan (alentados por sus padres) en tratar de ser
adultos.
Después de más
de 14 horas, el cansancio y la impaciencia comienzan a hacer estragos en el ánimo de los artistas. El maquillaje luce chorreado, el vestuario está arrugado
y los peinados desechos. A falta de azúcar, la gran Celia Cruz sede y se queda
dormida en un rincón abarrotado de mochilas y platos sucios. Por otro lado, Pedrito
Fernández, se ve pálido y, ante el asombro de todks y, en especial, el de su
madre, cae desmayado. Tuve que recurrir a unos chocklates con amaranto –que
gracias a Dios tría conmigo- y a todo mi conocimiento de Coaching motivacional,
para lograr reanimar al pequeño de 6 años. Fue un verdadero placer verlo subir
y llenar el escenario con todo ese talento que posee. El público lo vitorea y
le aplaude. Yo me emociono, brinco y abrazo a Madonna, luego a Daniel –el Elvis
mexicano-, quienes son pareja desde hace 11 años y, aún así, la producción los
ha puesto a competir entre ellos. “Esto es un Show”, me dice Daniel sonriendo,
sin embargo, en su voz percibo un tizno de tristeza. Junto a nosotros, la Justin
Bieber sufre con una infección en las orejas, causada por los aretes que tiene
que usar para parecerse al artista, Gloria Trevi se queja del dolor (espá
recién operada), y Lucerito, se desespera al intentar zafar su pulsera atorada, y llena de brillantes falsos, del vestido de Adele.
Finalmente llega
el momento; les toca cantar a mis adorados Timbiriches. Beso a Valentina,
Elyana, Emiliano, Miguel Ángel, Emilia y, por supuesto, con más fuerza que a
nadie, a mi hija Pau. El corazón se me estruja al ver correr, tras bambalinas, a
aquella inocencia tan pura, para luego perderse en ha alegría momentánea que da
la superficialidad de aquel escenario. El “Viva México” nos contagia a todos,
inclusive también, a aquellos artistas que, ahora disfrazados de jueces y
conductores, intentan justificar su sueldo representando, de manera
magistral, el papel que se les ha
asignado.
Agradecida y en
silencio, escucho el veredicto final: “Esta Banda de niños tiene más talento y
futuro que los mismísimos Timbiriches originales, por está razón, quedan
descalificados de SOY TU DOBLE…” Y sin poder evitarlo, me oigo decir en voz
alta… “Bendito sea el Señor”, para luego buscar desesperadamente los ojos de
aquel Buki que, a lo lejos me sonríe, y que sé, porque él mismo me lo ha
contado, siempre quiso ser el mejor imitador del hijo de Dios.
SOY TU DOBLE es
una parodia de la vida misma. Todos, de alguna u otra manera, representamos
personajes en la sociedad. Sin embargo, es detrás de esas caretas donde se
ancuentra, verdaderamente, nuestra esencia. Es allí, donde radica el secreto de
nuestra libertad.
Mil gracias a
todos esos seres maravillosos y artistas talentosos de SOY TU DOBLE. Desde aquí
un aplauso y mi cariño sincero para ustedes. Suerte… y que gane el mejor.
Cariños,
Amarilis
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